La izquierda abertzale deja sin ayudas a tres de los presos más violentos por apoyar la disidencia

Los etarras castigados son Daniel Pastor, Iñaki Bilbao y Jon Kepa Preciado. El primero de ellos está condenado a más de 500 años por varios atentados, ente ellos, el que costó la vida en junio de 2009 al policía Eduardo Puelles. En diciembre de 2015 difundió una carta en la que mostraba su disconformidad con la estrategia de la izquierda abertzale por no reclamar la amnistía y mostraba su apoyo a ATA, el grupo que está reuniendo a todos los disidentes contra la línea oficial.

Iñaki Bilbao, por su parte, está condenado por el asesinato del edil socialista Juan Priede. Este etarra es conocido por su actitud violenta y desafiante hacia los jueces en la Audiencia Nacional. En 2007, cuando ya se encontraba en prisión, fue condenado a 14 años por haber amenazado de muerte a los jueces Alfonso Guevara y Baltasar Garzón durante un juicio. El terrorista dijo a los magistrados que les iba a «arrancar al piel a tiras» y «meter siete tiros». Durante la vista oral llegó a insultar a los jueces con calificativos como «fascista», «enano mental», «parásito» o «cerdo». «Me cago en el kilómetro 105 de tus cuernos», le espetó a Baltasar Garzón. Iñaki Bilbao también ha sido uno de los etarras que ha mostrado su postura contraria al proceso iniciado por la izquierda abertzale.

Impulsados por el «odio»

Jon Kepa Preciado, el tercer etarra que ha quedado sin asistencia, está condenado a más de 400 años de cárcel por, entre otros atentados, el intento de asesinato de la edil socialista de Portugalete Esther Cabezudo, en enero de 2002. El terrorista mostró su disidencia en marzo de este año, cuando rechazó de forma pública las estrategias de la izquierda abertzale y reiteró su apoyo a la reclamación de la amnistía.

La identidad de los etarras afectados se desconocía pero ha sido desvelada por Sendoa Jurado, el portavoz del ATA, el movimiento contra la Amnistía y la Represión, en una carta en la que muestra su solidaridad a los tres terroristas citados. En la misiva acusa a los dirigentes de Sortu de actuar impulsados por el «odio» e insinúa que también se han producido amenazas a reclusos con «quitarles la asistencia médica y a expresos con perder su trabajo». Jurado anuncia que «el pueblo se está organizando» aunque no aclara si esta frase se refiere a la posibilidad de que los disidentes asuman ahora la defensa de los presos