¿Qué tiene Ada Colau que les falta a otros?

¿Qué dicen sus gestos?

A los que no ha conquistado con su discurso, quizá se los ha ganado con sus gestos, que no tienen misterio para José Luis Cañavate, presidente de la Asociación española de analistas de comunicación no verbal. De la cabeza a los pies, empezando por arriba... «Su sonrisa es sincera, se podría tapar la boca con la mano y sus ojos seguirían sonriendo. Eso es muy difícil de ver en un político y transmite confianza». La postura de Colau es «expansiva pero no intrusiva, ocupa sitio pero no se lo quita a nadie y eso coincide con su discurso verbal», descifra el experto, y sigue por las manos. «Sus extremidades se mueven en sincronía con las verbalizaciones, a veces incluso un poco adelantadas. Eso significa coherencia entre el discurso verbal y el gestual». Cañavate resume en tres palabras lo que dicen sus gestos: «Inocencia, sinceridad y atrevimiento».

«Auténtica y sin artificios»

«Ada Colau es como Pablo Iglesias. Los dos hablan a pecho descubierto, esa es su principal fortaleza, el secreto de su éxito», resume David Redoli, Presidente de ACOP (Asociación de Comunicación Política), que echaba de menos esa autenticidad en la clase política tradicional. «Hay concordancia entre lo que dice y lo que hace. Cuando los líderes interiorizan sus mensajes los transmiten bien. Y ella se lo cree». Aunque lo lleve 'escrito'. «La gente percibe a Colau como una mujer auténtica, sin artificios, pero eso no quiere decir que ella no tenga una estrategia. Su estrategia es precisamente esa, comunicar de manera directa y sencilla».

Gusta a los independentistas y a los españolistas

«Su gran virtud en Cataluña ha sido la de empatizar con el votante medio. Ella no es independentista pero ha entendido que tiene que adoptar cierto lenguaje soberanista. Sabe que hay mucha gente unida en torno al derecho a decidir y algunos nacionalistas la ven como una de los suyos. Está bastante bien vista en los sectores independentistas, pero también en los españolistas, es muy transversal. Y muy inteligente, porque en los meses que lleva gobernando no ha hecho enfadar ni a unos ni a otros. Colau es consciente de que lo peor que le puede pasar es movilizar al votante contrario a ella», advierte el experto en marketing político Pau Canaletas.

Perdón... ¿de qué partido es usted?

Colau es la principal impulsora de Barcelona en Comú, una plataforma ciudadana con la que ha alcanzado la alcaldía de la ciudad condal. Pero mucha gente no lo sabe... lo del partido. «Si hiciésemos una encuesta muchos no sabrían decir de qué partido es, pero casi todos sabrían decir que es la alcaldesa de Barcelona. Su peso, su liderazgo en el partido, es muy fuerte, similar al de Obama o Pablo Iglesias», compara David Redoli. Y eso también está pensado. «Cuando surge un partido nuevo la gente tiende a desconfiar. Es más fácil empatizar con una persona que con una estructura, por eso todas las formaciones nuevas han puesto al frente a líderes destacados, como Albert Rivera en Ciudadanos y Pablo Iglesias en Podemos. Y como Rosa Díez cuando surgió UPyD».

Electores de la CUP y de Ciudadanos le han votado

Su partido arrasó en las municipales pero se mantuvo al margen en las autonómicas del 27-S, un movimiento calculado que se ha demostrado acertado. «Colau entiende el momento político. En las municipales la gente tenía ganas de castigar al 'establishment', a la clase política tradicional, y ella movilizó a muchos colectivos sociales. Pero en las elecciones autonómicas del 27-S el movimiento soberanista era muy fuerte y lo que saldría de los comicios sería independencia sí o independencia no. En ese tema Colau está más desdibujada, por eso hizo bien en no presentarse», valora Canaletas. ¿Y el 'pelotazo' de las generales? «En las elecciones del 20 de diciembre Podemos entendió que en Cataluña no podía hacer nada sin la formación de Colau, que además sumó votos por todas partes. La CUP no se presentó, así que muchos de sus votantes les apoyaron a ellos, y también gente de Ciudadanos que veían a Rivera como alguien que no estaba tan dispuesto a romper platos y se asemejaba un poco a la clase política ya establecida».

Una auténtica activista de izquierdas

Fue una de las fundadoras de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en Barcelona en 2009 y llevó eficazmente su causa hasta los platós de televisión. «Colau ha renovado el discurso de la izquierda», le aplaude Pau Canaletas, que valora su capacidad para aglutinar a movimientos sociales de diversa índole. «Su trayectoria en la calle, su militancia... le ha dado una identidad».

Más «ambiciosa» que Manuela Carmena

«Ada Colau quiere hacer del suyo el partido hegemónico en Cataluña y eso exige saber triangular en la alcaldía. Ella es más de izquierdas que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, pero es lo suficientemente inteligente para entender que la sociedad catalana, pese a ser más progresista que la madrileña, es un poco conservadora. Quizá a ella le gustaría eliminar el pesebre o hacer cambios en la cabalgata de reyes pero no se va a arriesgar en algo así, porque podría movilizar a los sectores que no le son favorables. Carmena entiende que su victoria es circunstancial y no tiene tanta ambición política como Colau. Por eso Carmena aplica el modelo social tal y como lo ve. Colau también, pero en temas controvertidos tiene más cuidado». Ojo, advierte Pau Canaletas, que eso no quiere decir que esté traicionando ningún principio. «Ella actúa como piensa y hace gestos a los suyos, como con el tema de los refugiados. Pero son gestos que no van a tocar el núcleo duro del conservadurismo».

Muy asentada en Twitter

El enorme tirón popular de Ada Colau tiene también su traducción online. La alcaldesa de Barcelona tiene una nutrida legión de seguidores en Twitter: 346.589 hasta ayer por la tarde, 100.000 más que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, por ejemplo. Aunque en Wikipedia solo tiene página propia desde 2013, le llueven las visitas. Durante el mes de diciembre casi 20.000 personas consultaron su biografía en la Wiki y hay treinta personas que se ocupan de vigilar esta página para que la información sea correcta y no sufra sabotajes.