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David S. Olabarri
Sábado, 26 de septiembre 2015, 22:43
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El primer golpe llegó como presagio de la tormenta que se avecinaba. Los cinco ertzainas habían oído antes ese sonido: el ruido seco de una piedra que impacta contra la chapa de un vehículo. Sabían perfectamente de lo que se trataba. Estaban destinados en Rentería ...
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