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Las famosas casas cubo de los años 80 en Rotterdam.
Rotterdam y La Haya, contrastes holandeses

Rotterdam y La Haya, contrastes holandeses

A un paso de Amsterdam, ofrecen atractivos suficientes y precios competitivos para hacer una escapada

Igor Barcia

Lunes, 30 de noviembre 2015, 01:49

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Holanda es más que canales y bicicletas, que molinos y tulipanes. Un país con grandes ciudades, con grandes paisajes, que merecen ser visitados en cualquier época del año. Nosotros te vamos a ofrecer dos opciones que son complementarias y alternativas a la capital, Amsterdam, cada día más abarrotada de turistas que a veces complican la visita y la posibilidad de sacarle todo el jugo. Por eso, Rotterdam y La Haya son dos escenarios cada vez más valorados por los visitantes, que las ven como una buena opción incluso de tenerlas como base de operaciones y de allí desplazarse al resto del país, dada su situación, sus comunicaciones y precios competitivos.

Las dos completan junto a Amsterdam el denominado Randstad (en neerlandés, rand significa borde y stad, ciudad; así surge el nombre de la mayor conurbación de los Países Bajos). Junto a la capital, centro turístico del país y mayor población, La Haya refleja el poder político y Rotterdam se ha destacado gracias a su moderna reinvención y al peso de su enorme puerto como el pulmón financiero de Holanda.

Si buscas estampas de molinos, tulipanes y canales, Rotterdam no es tu ciudad. Pero a cambio puedes sentirte atrapado por una urbe que hace unas décadas decidió que la arquitectura moderna sería su bandera. A la segunda ciudad más poblada de Holanda (600.000 habitantes) se la ha conocido siempre por contar con el puerto más grande de Europa y en la actualidad uno de los más importantes del mundo. Hay que recordar que el casco antiguo quedó arrasado en la Segunda Guerra Mundial y, después de que la mayoría de las instalaciones portuarias se desplazaran al exterior, se apostó por un lavado de cara total. El reto, que las mejores firmas de arquitectura y diseño plasmaran su obra en Rotterdam, con lo cual la ciudad a día de hoy es una enorme mezcla de edificios vanguardistas y atrevidos.

Su ubicación la hace ser un escenario apetecible, porque con una oferta hotelera creciente, cuenta con precios mucho más razonables que los de Amsterdam. Vueling viaja todos los días a Armsterdam-Schiphol desde Bilbao y en el mismo aeropuerto tenemos una enorme estación de tren con conexiones a todos los rincones de Holanda. Eso permite valorar la opción de establecer nuestra base de operaciones en Rotterdam, ya que tardarás 27 minutos en llegar a la estación central (se encuentra a 50 kilómetros de la ciudad de los canales) tras pagar apenas siete euros por el viaje, o La Haya, que se encuentra practicamente a la misma distancia.

Las grandes cadenas hoteleras han echado cimientos en los antiguos muelles y puedes encontrar alojamientos de todos los precios, pero ten por seguro que casi siempre serán más baratos que en Amsterdam y su ubicación satisfactoria, porque en Rotterdam, pese a sus 600.000 habitantes, casi todo está a mano. Y si no, ahí aparece un sistema de transporte formado por metro, tranvías y, por supuesto, bicicletas.

La oferta turística es muy amplia y casi siempre relacionada con la arquitectura moderna. Una visita fundamental es el Markthal, uno de los mercados cubiertos más espectaculares que existen. Cuenta con 96 puestos de comida, más de 20 tiendas, 8 restaurantes, un supermercado, estacionamientos, 228 viviendas en la parte superior y un impresionante mural de 11.000 metros cuadrados con temas relacionados con los productos que se ofrecen en el mercado. Junto al Markthal están las famosas casas cubo de los años 80; la torre Euromast, que con sus 185 metros de altura ofrece las mejores vistas de la ciudad; el Museo Boijmans; el puente Erasmo, nuevo símbolo de la ciudad...

Arte y arquitectura por doquier

Unida por una línea de metro, que tarda apenas 20 minutos en cubrir el trayecto, aparece La Haya, una ciudad de corte diferente a Rotterdam. A pesar de que en los últimos años ha aparecido lo que denominan 'skyline' (se trata de unos imponentes y modernos edificios pertenecientes al gobierno), el centro político del país tiene un perfil más clásico, más reconocible, aunque no tenga canales como Amsterdam u otras localidades neerlandesas. Su corazón está formado por el 'Binnenhof', un complejo de edificios situados junto al lago Hofvijver, donde se encuentra la sede del primer ministro holandés. Lejos de la pompa y boato de otros lugares, no es extraño ver a los ministros mezclarse con los habitantes o visitantes, lo mismo que sucede con los miembros de la realeza, ya que el palacio real también se encuentra en el centro de La Haya.

Junto al Binnenhof se encuentra la Galería Real de Pinturas Mauritshuis, un museo donde se pueden encontrar obras de los mejores pintores holandeses, como Rembrandt (lección de anatomía) y Vermeer (La joven de la perla y Vista de Delft).

Además, hay que recordar que la ciudad es una de las sedes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por lo que La Haya acoge varias de sus instituciones, entre ellas la Corte Internacional de Justicia, con sede en el Palacio de la Paz.

Y en las afueras del nucleo urbano se encuentra la playa de Scheveningen, una zona de esparcimiento para los habitantes de la ciudad, que cuenta con cafés, hoteles y restaurantes que se llenan en esos días que el sol sorprende a la gente de La Haya con su presencia.

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