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Bosque de acebos.
El acebal de Valgañón, el más extenso de La Rioja

El acebal de Valgañón, el más extenso de La Rioja

Los arbustos forman bosquetes que sirven de refugio a vacas, ovejas, corzos y jabalíes

Iñigo Muñoyerro

Jueves, 16 de marzo 2017, 15:59

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La Sierra de la Demanda termina en La Pradilla, alto de montaña que separa las villas de Valgañón y Zorraquín de las tierras burgalesas del valle del Ebro. Unos altos solitarios, despejados, herbosos, zona de pastoreo y de caza con unas vistas excepcionales, que cobijan el bosque de acebos (Illex aquifolium), más extenso de toda la Rioja. Es el acebal del Valgañón.

Es una joya forestal, única en La Rioja, que hasta hace unos años se extendía hasta el monte Santa Brígida, sobre el cercano San Vicente del Valle. Un incendio abrasó los acebos de la parte burgalesa.

El acebal riojano no es grande (10 hectáreas en comparación con las 400 que tiene el de Garagüeta en Soria), pero sí importante como biotipo. Es un conjunto arbóreo con algunos ejemplares altos, de hasta diez metros de porte, que forman un pequeño bosquete donde apenas penetra la luz. Alrededor hay otros muchos acebos dispersos. Grandes, pequeños, algunos de tamaño bonsái, todos achaparrados, moldeados por el ramoneo del ganado que mastica sus aceradas hojas.

Subida al acebal

Subir hasta el acebal no es complicado. Hay dos maneras. La montañera y la comodona. La primera comienza en la Iglesia de Nª Señora de Tres Fuentes, románica del siglo XII, famosa por el manantial brota del monte. Un sendero con la pintura del PR comienza en la parte trasera de la iglesia. Remonta la ladera con fuerte pendiente; alcanza el collado de la Dehesa y luego baja a la balsa de Anguta, una aldea abandonada y arruinada nunca mejor dicho- en la vertiente burgalesa. Está recrecida con un murete de piedra. Junto a ella hay una fuente con pilón parada de vacas y ovejas.

La Dehesa es una pequeña depresión entre lomas rodeada de acebos aislados entre endrinos y rosales. Los brezos invaden el herbazal. Más arriba vemos dos construcciones: una chabola de pastor en mal estado y un corral. Sobre ellas está el núcleo del acebal. Cerrado, sombrío, refugio de vacas y ovejas y plagado de moscas en verano. Estamos en un paraje tranquilo, donde los únicos sonidos son el cencerreo de las vacas y el croar de las ranas cuando el calor aprieta. También hay mastines. Protegen sus rebaños. Nos ladrarán si molestamos a las ovejas.

Si no nos sentimos con fuerzas para remontar el camino de Las Tres Fuentes se puede llegar hasta el acebal o cerca en coche. Basta subir por la carretera al Alto de la Pradilla y en el km.1 (hubo un letrero) seguir el ramal de grava bacheado (derecha) que nos deja en la dehesa. También se puede aparcar en el cruce (km. 1). Luego 20 minutos a pie.

La iglesia de las Tres Fuentes

Nuestra Señora de las Tres Fuentes es patrona de Valgañón desde el siglo XVII. El templo es más antiguo. Se enclava en un paraje tranquilo, sombreado por enormes castaños de Indias. De estilo románico fue edificado en el siglo XII. En 1218 el rey Fernando III de Castilla, en compañía de su madre Berenguela de Castilla y del obispo Mauricio de Burgos, visitan la villa atraídos por la noticia de la aparición de la Virgen a la pastora Inés en la dehesa, colocando la primera piedra de la iglesia de Nuestra Señora de Tres Fuentes. Del edificio primitivo quedan la portada, el ábside y la escalera de caracol de la torre ya desaparecida.

Los visitantes llegan atraídos por el templo y por la fuente. Tres caños de hierro vierten un caudal fuerte, de agua muy fría que mana de manera continuada durante todo el año. El manantial está en una finca al Norte del templo. Fue acondicionado a finales del siglo XVII para evitar la contaminación de las aguas. También hay mesas, bancos y asadores precintados. Es más complicado aparcar.

Paseo por Valgañón y Zorraquín

Abandonamos el valle del Citorca por Valgañón y Zorraquín. Valgañón es antiguo. Consta que el año 835 ya existía. Hasta el siglo XI perteneció al Reino de Pamplona y pasó a Castilla en el año 1084. Es el típico pueblo riojano de montaña con buenas casas de sillería y mucha vida en verano. En la plaza encontramos un buen palacio blasonado y la iglesia de San Andrés. Templo erigido en el siglo XVIII en sillería y mampostería.

En la Edad Media fue populoso e importante. Vivía de la ganadería y de los bosques. Cuenta Madoz que terreno montuoso y quebrado habiendo varios montes con nombres vascongados corrompidos; con arbolado de hayas, acebos y mucho brezo, que enlazan con la sierra de la Demanda.

Como curiosidad contar que un juez de Belorado (16 de diciembre de 1303) ordena a la Aljama de Valgañón, que los judíos de este pueblo deben dar posada a los clérigos y justicias de la Villa, pues los judíos de esta Villa no les querían dar y así se manda bajo pena de destierro.

Zorraquín es un pueblo más pequeño. Se estira junto a la carretera. Conserva buenas casas de sólida construcción y tiene una excelente iglesia románica (siglo XII) en lo alto. Consagrado a San Andrés fue edificada con la característica piedra roja del valle.

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