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Catedral de Astorga.
Peregrinos y turistas se citan en Astorga

Peregrinos y turistas se citan en Astorga

La ciudad leonesa merece una visita por su catedral y el palacio de Gaudí, pero también por el cocido maragato y las mantecadas, goyas de su gastronomía

Iñigo Muñoyerro

Miércoles, 5 de octubre 2016, 16:05

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Peregrinos y turistas se citan numerosos en Astorga, la Asturica Augusta de Plinio (año 73), capital amurallada de la Maragatería y una de las ciudades emblemáticas de León. Cruce de rutas de antiguo allí confluyen dos de los caminos que vertebran la península: el Camino de Santiago, que sigue la calzada romana que venía de Burdeos y trajo a la Legio X Gemina, y la Vía de la Plata, ruta que comunicaba Asturica con Mérida capital de la Lusitania. Encrucijada con el imponente Teleno, el monte sagrado, y su ruta de las minas de oro como telón de fondo.

Los romanos impusieron la Pax Romana. Dejaron una huella ampliada a lo largo de los siglos que los turistas recorren atraídos por sus monumentos. Entre ellos destaca el Palacio Episcopal obra del arquitecto Antonio Gaudí, el mismo que edificó la aún inconclusa Sagrada Familia de Barcelona.

Los peregrinos desfilan por sus calles. Vienen abrasados por los soles castellanos. De todos los rincones del mundo. Pernoctan y salen rumbo a Santiago de Compostela. Antes, unos y otros, probarán las mantecadas y el chocolate y se habrán atrevido con el cocido maragato.

La capital de los maragatos, arrieros y tratantes que recorrieron la península con sus caballerías posee un patrimonio histórico y artístico difícil de igualar. Impensable para un burgo de poco más de 11.000 habitantes.

El recuerdo romano

El casco urbano de Astorga es pequeño. Ocupa una meseta rodeada por la muralla entre los ríos Tuerto y Jerga y tiene mucho para visitar. Mejor no perder tiempo y recorrer lo imprescindible. El legado romano es el más antiguo y quizá el menos espectacular. Se conservan las Termas Mayores y Menores; el Aedos Augusti, templo dedicado al emperador; las cloacas que aún funcionan y son visitables; el Domus del mosaico, una antigua casa romana excavada donde se exponen los mosaicos de los pájaros y el oso y el foso del campamento romano.

El puente es la única obra pública de esa época que queda fuera de las murallas. Está a 5 km en la carretera Astorga a León. En el foro está el Museo Romano. Ocupa la Ergástula, edificio que hacía las veces de depósito de esclavos y cárcel.

Los edificios públicos y religiosos también se hallan 'intramuros'. En un sentido y en otro cruzamos La Plaza Mayor. Monumental, típicamente castellana. Con arcadas que ocupan restaurantes y comercios. Está sobre el antiguo foro romano. Fue edificada a finales del siglo XVII a la vez que el Ayuntamiento, que cierra uno de los lados. Es un excelente ejemplo del barroco civil. Tiene dos torres gemelas, un balcón de forja y un gran reloj. Allí en lo alto los maragatos Juan Zancuda y Colasa marcan las horas vestidos con el traje regional desde 1748. En la tradición de autómatas de los relojes de Múnich, Innsbruck y Praga.

La Catedral y el palacio de Gaudí

Abandonamos la plaza en dirección al conjunto monumental de la Plaza Eduardo de Castro. Allí se alzan la Catedral y el Palacio Episcopal. La Seo tiene una silueta inconfundible. Es enorme, monumental. Comenzó a edificarse en el año 1447 y se terminó en el XVIII. Mezcla estilos. Gótico con renacentista y el barroco. Tiene una estructura de tres naves con el central elevándose mucho sobre las laterales. Merece la pena su visita.

Junto a la Catedral está el Palacio Episcopal. Una obra con el sello inconfundible de Antonio Gaudí. Sólo hay otros dos edificios del arquitecto catalán fuera de Cataluña. Uno es la Casa Botines en León capital y el otro el 'Capricho' de Comillas. Eligió el duro granito gris para sus muros. Recuerda a un castillo con sus fachadas y torreones rodeados por un foso. Una maravilla neogótica que se elevó entre 1889 y 1915.

También el interior es sorprendente. Todos los espacios son singulares. Hay una escalera de caracol y vidrieras para permitir la entrada de la luz. Los muros están decorados con cerámica vidriada de Jiménez de Jamuz, en la Tierra de La Bañeza, reconocida por sus alfareros. Ahora también por el vino y los bueyes de crianza que terminan en chuletones.

El edificio es sede del Museo de los Caminos. Por el jardín se sube a las murallas medievales que aprovechan los muros romanos y tienen un tramo que se puede recorrer. Desde los jardines de El Melgar se tiene una vista completa del conjunto. Se baja por la puerta romana, la única que conserva los elementos originales.

La casa de los Panero

En la misma plaza está la iglesia barroca de Santa Marta, patrona de Astorga. Enfrente se encuentra la Oficina de Turismo.

Durante el paseo veremos bellos edificios modernistas, de principios del siglo XX como la Casa Granell. Nos recuerdan la bonanza económica que tuvo la ciudad.

También hay un museo dedicado al chocolate que hará las delicias de los curiosos. Finalmente recordar que en Astorga nacieron y vivieron los poetas Luis y Leopoldo Panero. La Casa Panero en la calle del mismo nombre funciona como centro cultural.

Ajenos a tanto arte los peregrinos llegan, descansan y siguen su ruta. Tienen dos albergues a su disposición. Las Siervas de Jesús, en la plaza de San Francisco, en la entrada de la ciudad, y el de San Javier, en una calleja (Portería, 6) justo enfrente de la catedral.

No debemos dejar pasar de largo la tranquilidad que se respira en Astorga. Calles limpios y pocos coches en una ciudad con un clima excelente. Frío en invierno y calor fuerte pero seco en verano.

El cocido maragato

La gastronomía de la zona es recia y para estómagos poderosos. Destaca el cocido maragato. Consta de sopa, berza, garbanzos y siete tipos de carnes. Son muy celebrados los de Astorga y algunos pueblos de la comarca. Recomendable el de Castrillo de los Polvazares y Santiago Millas. Es curioso el orden de los platos. Son tres vuelcos que se sirven al revés: primero las carnes del cocido, luego las verduras y los garbanzos. Y la sopa para terminar. También es renombrada la cecina. En esta zona se elabora la mayor parte de la englobada en la 'DO Cecina de León'. Para beber tinto de la tierra y una copa de aguardiente de remate,

Los dulces son punto y aparte. Las mantecadas de Astorga son mundialmente conocidas. Los maragatos que emigraron a América- Argentina y Uruguay principalmente- las extendieron por estos países. También tiene fama el chocolate. Los escaparates de los colmados y pastelerías están llenos de marcas y sabores envueltos con papeles de colores tan atractivos que los hacen irresistibles.

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