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Castillo de Leiva.
Los pimientos del valle del río Tirón

Los pimientos del valle del río Tirón

Belorado, en el Camino de Santiago; el convento y mirador de San Vítores de Fresno del Río Tirón y las plantaciones de pimientos de Tormantos y Leiva

Iñigo Muñoyerro

Miércoles, 28 de septiembre 2016, 13:45

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El río Tirón pierde ímpetu en la llanura entre Belorado y Herramélluri. Viene del Pozo Negro, en la Demanda burgalesa, y desemboca en el Ebro cerca de Haro. Es un valle llano encuadrado entre unas colinas en otoño agostadas tras décadas de pastoreo abusivo, cultivos e incendios. Hasta hace unos años el único color verde lo ponían los chopos y sauces que ciñen las márgenes del río.

Desde los años ochenta la planicie se tiñe de otro verde más intenso salpicado de amarillo y rojo. Son las plantaciones de pimientos de clase najerena, que gracias al regadío prosperan en la fértil llanura del Tirón.

Tanto, que han transformado la economía de Tormantos y Leiva. Son las dos primeras localidades riojanas por las que cruza el río, que por estas fechas están invadidas por el aroma del pimiento asado.

La cultura del pimiento

Todo gira alrededor del pimiento. Puntiagudo, entreverado o de un rojo intenso. De tamaño mediano y picante o dulce, según la semilla. Cuadrillas de temporeros se afanan en la recogida desde el amanecer. Es manual y se realiza con selección del fruto de acuerdo a su maduración. Luego son transportados en tractores a las fábricas donde son asados y enlatados.

La venta al público en el almacén dura desde septiembre hasta el 15 de noviembre. No sólo se pueden comprar en las fábricas (Huerta de Tormantos y El Chato en Leiva). También hay caseros. En el pueblo nos darán la dirección de algún vecino que asa y vende pimientos. Sin olvidar que también los podemos comprar frescos.

Pero no hemos venido hasta la comarca del Tirón sólo para ver huertas y pimientos. Vamos a recorrerla desde aguas arriba, de Belorado capital de la 'Riojilla' burgalesa.

Belorado y San Vítores

Belorado es una villa antigua de los celtas berones y conquistada por los romanos. Bajo las ruinas de la antigua fortaleza se extiende el caserío con centro en la Plaza mayor. Está porticada. Allí encontramos la iglesia de San Pedro y la Oficina de Turismo con el centro de información jacobea. Porque no debemos olvidar que el Camino de Santiago ha influido en la historia y en el urbanismo de la villa.

Los peregrinos llegan derrengados a la plaza y se desploman en las terrazas. Se descalzan a la sombra de los plátanos. Esperan la apertura de los albergues. Vienen de todos los rincones del planeta, animan la economía de la villa y son un espectáculo.

Continuamos río Tirón abajo por la ruta que hasta la Edad Media siguió el Camino de Santiago por el trazado de la vía romana. Vamos por un valle desarbolado, monocultivo de trigo y cebada. Desvío a Fresno del Río Tirón en busca del convento de San Vítores. Aparece en un alto, recostado sobre la colina gredosa, a dos km del pueblo. Se sube por una pista de grava. Allí estaba la gruta donde murió san Vítores (otros dicen que fue decapitado en Quintanilla de Dueñas). Y una ermita que en el año 1446 fue convertida en convento. A los dominicos les sucedieron en 1625 los franciscanos. La desamortización de Mendizábal (siglo XIX) echó a los frailes. El edificio (ex convento) se ha mantenido gracias a los esfuerzos de las gentes de la comarca. Está siendo reformado para salvarlo de la ruina.

Merece la pena llegar a pie. Desde el alto la vista de la vega del Tirón es excepcional. También hay un mirador de rapaces. Volvemos a cruzar Fresno. El pueblo es antiguo. El 10 de noviembre del 903 aparece citado como Sancta María de Fresnu. La iglesia de San Andrés es un edificio grande de ladrillo restaurado.

Pimientos en Tormantos

Más adelante (izquierda) queda Cerezo. Por allí venía la calzada romana que iba a Briviesca. Población pujante gracias a la mina Criaderos Minerales y Derivados SA (Crimidesa) que extrae glauberita, un sulfato calco-sódico empleado en la fabricación de detergentes. Es una de las mayores productoras mundiales de este sulfato.

Límite con la Rioja. La carretera mejora, aparecen las primeras plantaciones de pimientos. Entramos en Tormantos. Pueblo agrícola y antiguo. La primera mención histórica data del año 1137. Recorremos la Calle Mayor flanqueada de palacios con escudo nobiliario hasta la plaza de la iglesia parroquial de San Esteban protomártir. Del siglo XVI sobre otra anterior románica con el campanario renacentista ochavado (años 1793) característico de los templos de La Rioja. Alberga la imagen de la Virgen de Nápoles, La Napolitana, como la llaman los tormantinos.

Enfrente está el palacio de Ruy López-Dávalos, condestable de Castilla, desterrado por Álvaro de Luna en tiempos del rey Juan II de Castilla. El edificio conserva intacta de la fachada principal con el escudo familiar. En la actualidad está dividido en viviendas. La capilla está arruinada. El pueblo cuenta con dos bares, pero no tiene restaurante.

Al otro lado de la carretera está la fábrica de conservas artesanales Huerta de Tormantos. Pimientos picantes y dulces y terribles guindillones (941 3227630).

Entre Tormantos y Leiva el regadío ha transformado la llanura aluvial. Además de patata y vid las pimenteras se extienden hasta perderse de vista. Dicen que el nombre Leiva es romano y relaciona a la población con Libia. Es otro pueblo incardinado por la Calle Mayor. Allí están los tres bares: El Centro; Tomás y El Vergel. Cerca está la Casa Rural El Vergel (Teléfonos 941 327368 - 605 344003).

Castillo de Leiva

Lo más destacado del pueblo es el castillo que se eleva junto a la carretera. Es un equilibrado edificio rectangular de 27 m de largo por 22 m de ancho. Exento, rodeado por un foso cegado. Esta apuntalado para evitar su derrumbamiento. Tiene cuatro torres, una en cada esquina.

La construcción del castillo la inició en 1478 Ladrón de Leiva. Duró veinte años y fue terminada por su hijo Juan de Leiva. Tuvo u carácter más residencial que defensivo. Emplearon materiales de una torre anterior derruida y piedras de sillería de una villa romana. También merece una visita Iglesia parroquial de Nª Sª de la Purificación. Renacentista. En su interior conserva una pila bautismal románica del siglo XI.

Nos vamos de Leiva en dirección Santo Domingo. Los campos de pimiento se intercalan entre la patata, coliflor, cebolla y remolacha. En el borde de un barbecho (derecha) está la conservera Pimientos El Chato (625623401). Los remolques cargados de pimientos entran, descargan y se van. El horno de asar está a la vista. El aroma es intenso e irresistible.

Camino de Sajazarra

Abandonamos el curso del río Tirón para subir a los montes Obarenes y descender a Miranda de Ebro. Se suceden amplias extensiones de viñas y alguno olivares. Al final nos espera Sajazarra, villa medieval encastillada y protegida por una muralla. Una joya.

En el Fuero de Miranda de Ebro del año 1099 aparece como Saja. En el año 1146 reinando Alfonso VII ya recibe su nombre actual.

Callejeamos por una villa fortificada en tiempos de Alfonso X, entre los siglos XII y XIII. Buenos caserones, muchos palacios (Loma Osorio y Ruiz de Loizaga entre otros) la mayoría del siglo XVIII. En un extremo, sobre la muralla, separados por la puerta llamada del Arco (gótica del siglo XIV) están el castillo de los Velasco y la iglesia parroquial.

Es una de las fortalezas más bellas de La Rioja. Fue edificada en la segunda mitad del siglo XV y está perfectamente conservado. Es de propiedad particular y no se puede visitar.

La iglesia parroquial de Sta. María de la Asunción es románica del año 1171, cuando Alfonso VIII de Castilla fundó allí el monasterio cisterciense de Santa María de Sajazarra. Ha sido reformada a lo largo de los siglos. Alberga una imagen de la Virgen de la Antigua. La torre es barroca obra de Juan de Azcoitia y Pedro de Elejalde entre 1698 y 1702.

En la plaza del ayuntamiento un palacio alberga la Hostelería Asador Ochavo (941320223). También ofrece alojamiento la Posada de Sajazarra (626083596). Hay cuatro bodegas que venden vino.

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