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Dolmen de Mendigana.
Larreder, un paseo por la historia y la naturaleza

Larreder, un paseo por la historia y la naturaleza

El área recreativo del Parque Natural de Gorbeia esconde desde tesoros de 5.000 años de antigüedad hasta algún ingenio del hombre moderno

Fernando J. Pérez

Jueves, 23 de febrero 2017, 13:24

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Larreder es una de las seis áreas recreativas que hay en el Parque Natural de Gorbeia. Y probablemente la más frecuentada debido a su estratégica ubicación, en la carretera forestal entre Areatza y Pagomakurre. La belleza del espacio en el que se enmarca ya fue apreciado por nuestros antepasados, que convirtieron su entorno en un lugar de referencia. No se puede entender de otra forma la presencia del dolmen de Mendigana, en el que se han descubierto importantes muestras de la vida prehistórica.

Su interés etnográfico se extiende a épocas más recientes, con la presencia de neveras y un calero como ejemplos de las ancestrales labores que desarrollaban sus habitantes. Por último, la Naturaleza también ha dejado evidencias de la excelencia del lugar con los trampales que cierran el recorrido, pequeños pantanos con ecosistemas singulares y de gran riqueza. Todos estos elementos han sido enlazados en un agradable y sencillo recorrido lúdico-educativo de gran interés naturalístico, que se completa con la visita al cercano mirador de Kerexagako Atxa, que ofrece una vista sin par del valle de Arratia y los macizos de Ugatxa y Legarmendi.

El paseo, familiar y apto para todos los públicos, comienza en el aparcamiento del área recreativa, rodeado de mesas y asadores. Allí mismo encontramos el panel explicativo del recorrido, junto al refugio abierto. Por delante de él pasamos camino del cercano dolmen de Mendigana (izq.), que nos lleva a los tiempos en los que el hombre comenzó a descubrir la trascendencia de su existencia y a construir estos recintos sepulcrales. Este fue descubierto en 1992, se remonta al Neolítico, hace 5.000 años, y en él se han descubierto una amplia gama de utensilios y restos -incluidos huesos de un niño de 3 años- de un periodo que va hasta la Edad de Bronce.

Para continuar la excursión volvemos a la carretera campo a través y descendemos unos metros en dirección Areatza hasta una amplia curva a la izquierda. En este punto nace otra pista que desciende unos metros y luego llanea hasta las neveras, simas donde se depositaba la nieve en invierno para ser comercializada como hielo el resto del año. Quedaron en desuso a inicios del siglo XX, cuando comenzaron a utilizarse los frigoríficos eléctricos.

Siguiendo la pista, dejamos a la derecha una fuente y llegamos al calero. Estas construcciones de piedra en el monte son hornos en los que se producía cal a partir de la piedra caliza. La primera referencia escrita del de Larreder se remonta nada menos que 250 años, a 1772.

Retomamos el paseo, que pasa junto al refugio de Karkabitxueta, confluye con el sendero PR.BI-9 y asciende hasta la pista principal. En ella seguimos hacia la izquierda, unos 200 metros, hasta el mirador de Arratia y su mesa de orientación. De vuelta a la pista, continuamos hasta los trampales, pequeños humedales de una gran biodiversidad formada por vegetación de agua y pequeños animales. Precisamente, sus reducidas dimensiones son su mayor problema, ya que los convierten en hábitats frágiles y muy sensibles a la presencia humana o de ganado. Desde los trampales tendremos un kilómetro hasta Larreder.

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