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Cima del Pico San Juan.
Ruta por los caminos y las minas de los Montes de Triano

Ruta por los caminos y las minas de los Montes de Triano

Recorrido hasta el poblado El Saúco desde Peñas Negras

Iñigo Muñoyerro

Viernes, 11 de marzo 2016, 01:55

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La Arboleda, en Trapagarán o San Salvador del Valle, y el funicular de Larreineta, trazado en 1926 para aprovisionar las minas y en funcionamiento, recuerdan que hasta los años ochenta del siglo XX los Montes de Triano fueron una de las explotaciones de hierro más importantes del norte de la península. Aquel pasado reciente se ha perdido. En parte por el abandono y la incuria, pero también por la acción de la naturaleza que ha derrumbado edificios e inundado galerías y pozos, algunos tan hondos como El Ostión o Las Cármenes. En noviembre de 2002 el Gobierno Vasco declaró Conjunto Monumental y salvó de la piqueta a este barrio minero del siglo XIX.

El funicular sube del Valle hasta el poblado del mismo nombre. Hasta La Arboleda hay un kilómetro que se recorren en bus o a pie. Más arriba, a 1,6 km que se pueden cubrir a pie (0h.40') en coche, se encuentra el CIT Peñas Negras, con bar y museo que explica la historia de las minas. Al otro lado se extienden los Montes de Triano o de Galdames. Allí, protegido por los pinares que esconden bocaminas y escombreras, el poblado El Saúco fue el centro neurálgico de la mina Dolores.

El acceso es sencillo. Letreros. Seguiremos las balizas mordas del 'Itinerario 4 de Peñas Negras' (derecha). Una buena pista minera sube hacia el Pico Pastores. Pasa junto al desvío al pico El Cuadro y llega al collado de La Rasa, despejado. Cita de cazadores. Prados salpicados de espinos y endrinos. El Pico San Juan ofrece su ladera suave y herbosa donde ovejas, caballos y vacas pastan libres. Subimos (800 m) la cuesta y desde el alto (buzón) divisamos Ganerán, Pico La Cruz y la hondonada de la mina Dolores. En su centro hubo una balsa ahora invadida por los carrizos y los endrinos. A la derecha de la cima ¡atención! una espectacular grieta permite asomarse al abismo. Es una gigantesca galería derrumbada. Tiene entrada por la base del pico.

Vuelta al collado para bajar al Saúco por una pista ancha que en otro tiempo utilizaron los camiones cargados de mineral. Una fuente caudalosa y fría inunda el camino.

Letrero indicador. Estamos en El Saúco. Atrae la mirada un gran edificio de ladrillo. Vacío, sin techo. Resisten los muros. En su día acogió las oficinas y el botiquín. Un manantial brota de una cueva utilizada como bocamina. Comunica con las galerías. Picadores veteranos contaban que hubo una cuadra de 35 percherones. Vivían y morían en la mina. Los barracones han desaparecido. La vegetación ha invadido la umbría. Robles, cornejos, avellanos, abedules, saúcos, endrinos y grandes jaras camuflan los pozos. Vacas y caballos. El eco es excepcional. Lo aprovechan los grajos para avisar con sus graznidos.

Caminamos de frente hasta un cruce. El camino de la derecha baja a la cueva de Urallaga y a la ermita de La Magdalena, conocida por su romería. De frente sube a Ganerán y La Cruz, que se divisa al fondo. Nosotros vamos por la izquierda. Por una pista entre pinos que bordea la hoya del Saúco y enlaza con la ruta de subida. Seguimos las balizas para volver a Peñas Negras.

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