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Fernando J. Pérez
Viernes, 24 de junio 2016, 01:54
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La sierra de Arkamu es un macizo calizo que separa los valles de Kuartango y Losa, en los límites con Burgos. Su composición kárstica ofrece numerosas cuevas y oquedades. Hoy proponemos la visita a tres de ellas - El Hayal, Molina y Tuna-, situadas en las laderas del Kruzeta, una de las cumbres del macizo que podemos ascender para completar el recorrido. Muy cerca de esta cota podemos visitar otro de los tesoros de la sierra, el Ojo Orao, más conocido en la comarca como el Bujero Orao, una oquedad que atraviesa el acantilado que se eleva sobre Koartango
En Ginea, nos dirigimos a la parte alta del pueblo, donde una pista cementada remonta hacia la sierra. El cemento no tarda en dejar paso a una pista empedrada, que un poco más adelante toma ya componente norte. Transitamos por la Senda del Pastoreo (GR-282), como nos confirma un poste de señales en un desvío.
Seguimos ascendiendo por la pista principal, a través de un bosque donde predominan las encinas, algunas de precioso porte. Dejamos atrás charcas al borde del camino. La más grande de ellas está en un hayedo . Es el momento de abandonar la pista y ascender bordeando el bosquete por la izquierda hasta descubrir, en un farallón rocoso, la cueva de El Hayal, protegida por un ortigal y un murete de piedra. La oquedad, de gran interés espeleológico, es visitable con una simple frontal. Y con las lógicas precauciones, sobre todo si se llega hasta el fondo, ya que termina en una profunda sima.
Atravesando el hayedo, volvemos a la pista. Con el Kruzeta a nuestra derecha, retomamos la ascensión. Las otras dos cuevas no están lejos. Apenas a quinientos metros de la charca de El Hayal, en un pequeño alto, no tenemos más que mirar a la izquierda para adivinar la entrada de la cueva Molina . La oquedad es lo que se ve desde la entrada y los animales que pastan en el entorno la suelen utilizar de refugio.
La cueva Tuna está cerca. Solo hay que volver a la pista, cruzarla y mantener la línea hasta un pequeña dolina, a menos de cien metros del camino, en cuyo fondo se encuentra la entrada de la oquedad, también visitable, aunque más angosta que la de El Hayal.
Desde la misma entrada de la cueva afrontamos la subida al Kruzeta, aunque no hay camino definido. Buscando el acceso más cómodo por el karst, remontamos hasta la cumbre, una pequeña meseta cimera coronada con el buzón y un gran hito de piedras.
El Bujero Orao
Desde la cumbre, unos hitos de piedra invitan a seguir hacia le norte. Merece la pena seguirlos. Llevan hasta el borde de la sierra en su límite con el valle de Kuartango, que seguiremos unos metros hasta encontrar otro de los secretos de esta sierra, el ojo Orao, más conocido como Bujero Orao, una agujero natural con vistas al valle.
Desde aquí retornamos ya a Ginea. Para ello no hay más que dirigirse hasta una gran charca cercana y retomar ahí la pista por la que hemos subido desde el pueblo.
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