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La estatua de Don Diego amaneció de esta guisa.

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La estatua de Don Diego amaneció de esta guisa. Miguel Ángel

Aquella nevada de 1985

Un 15 de enero de hace 33 años, Bizkaia amaneció cubierta con un blanco manto de hasta 25 centímetros de espesor, una situación sin parangón hasta este miércoles

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Miércoles, 28 de febrero 2018

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No se conocía nada igual a lo sucedido hoy en Bizkaia desde hace 33 años. En concreto, desde el 15 de enero de 1985, una fecha marcada en rojo para todos los amantes y estudiosos de la meteorología por estos lares. También en aquella ocasión la culpa fue de una masa de aire siberiano que desató una inclemente ola de frío que se prolongó durante más de una semana en el norte peninsular. En Bizkaia, tras varias nevadas previas, la noche del día 15 cayó una monumental, que colapsó el territorio y cubrió la capital vizcaína con una blanca capa de hasta 25 centímetros de espesor en algunas zonas. También dejó temperaturas bajo cero inéditas desde entonces... hasta este 28 de febrero de 2018, que ya ocupa por méritos propios un lugar destacado en la historia de la meteorología vasca.

A pesar de las semejanzas, las diferencias entre ambos episodios son muchas. Hace 33 años, la nevada si pilló de improviso a las autoridades, que no disponían de los métodos tan sofisticados de predicción como hoy en día ni tampoco los canales de comunicación que ofrece internet y las redes sociales. Una semana antes, el día 7, cayó una nevada considerable, que dejó incomunicado el País Vasco y Navarra y ocasionó una cascada de incidencias: colegios cerrados, numerosos accidentes, servicios de Urgencias desbordadas... Las crónicas de la época destacaban que los bilbaínos agotaron las reservas de cadenas para los automóviles y los sprays anticongelantes -que costaban 3.890 y 52 pesetas, respectivamente-, pero no sabían que lo peor estaba por llegar.

Arriba, una excavadora retira la nieve en la plaza Circular de Bilbao. Abajo, la plaza Moyúa y una panorámica de la villa, con la Plaza Nueva en primer término.
Imagen principal - Arriba, una excavadora retira la nieve en la plaza Circular de Bilbao. Abajo, la plaza Moyúa y una panorámica de la villa, con la Plaza Nueva en primer término.
Imagen secundaria 1 - Arriba, una excavadora retira la nieve en la plaza Circular de Bilbao. Abajo, la plaza Moyúa y una panorámica de la villa, con la Plaza Nueva en primer término.
Imagen secundaria 2 - Arriba, una excavadora retira la nieve en la plaza Circular de Bilbao. Abajo, la plaza Moyúa y una panorámica de la villa, con la Plaza Nueva en primer término.

Fue la noche del 14 a 15: la nieve no dejó de caer con intensidad y Bizkaia amaneció como un pueblo del Tirol ante la estupefacción de vecinos y autoridades. «Ya se sabía un poco lo que podía ocurrir y hemos empezado a trabajar a primeras horas del día», confesaba en entonces alcalde, José Luis Robles. Las nevadas previas dejaron al Ayuntamiento con las reservas de sal prácticamente agotadas y transitar por la villa se volvió imposible. «Si es necesario traeremos 250 toneladas más por barco. No disponemos de material adecuado -reconocía, completamente desbordado por la situación-. Bilbao no es una ciudad donde nieve habitualmente y no tenemos un equipo propio para estos casos. No podemos hacer más de lo que estamos haciendo», apuntaba el ya fallecido primer edil.

La red viaria vizcaína quedó completamente bloqueada, convertida en una ratonera para decenas de camioneros, mientras el ferrocarril funcionaba a duras penas. Agentes de las fuerzas de seguridad y Protección civil tuvieron que despejar los accesos al hospital de Galdakao, que quedó incomunicado. El pánico cundió entre la población hasta tal punto que muchos ciudadanos acapararon alimentos, lo que unido a los problemas de transporte, acabó provocando el desabastecimiento de productos de primera necesidad (leche, verduras, huevos, aceite...) en localidades como Bilbao o Gernika.

Aquel día había derbi Alavés-Athletic: no se pudo disputar porque había 4o cm de nieve en Mendizorroza

Los problemas de transporte pusieron en peligro el funcionamiento de la factoría de Altos Hornos de Vizcaya, que a punto estuvo de quedar paralizada por la falta de cal «lo que había entrañado pérdidas y daños incalculables», destacaban las crónicas de la época. En el interior, numerosas localidades y caseríos quedaron incomunicados durante horas y la actividad de los cementerios también se vio afectada: cuatro cadáveres 'esperaban' en Derio a que sus familiares pudieran llegar al entierro mientras que en Trapagaran la Guardia Civil tuvo que ayudar para trasladar hasta La Arboleda los cuerpos de tres vecinos.

Portadas de El Correo del 8 de enero y del día 16.
Portadas de El Correo del 8 de enero y del día 16.

En Barakaldo, sesenta 'sin techo', entre ellos varios niños, que se resguardaban a duras penas bajo el puente de Rontegi, en la campa de Lasesarre y bajo la solución Ugaldebieta eran trasladados a dependencias policiales para pasar aquella fría jornada de enero en la que, curiosamente, también jugaba el Athletic: había derbi contra el Alavés, pero el encuentro no se pudo disputar porque en Mendizorroza se habían acumulado 40 centímetros de nieve.

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