Los pisos de la promotora de Orozko se quedan sin comprador

Según explicó el liquidador a la Junta de la sociedad, «este año únicamente se ha vendido un local y el comprador estaba interesado de antes». La operación ha permitido a la sociedad embolsarse 55.000 euros. Cantidad insuficiente para zanjar el crédito suscrito antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y con el que se pretendían levantar 110 pisos -únicamente se construyeron 54-. Y a pesar de esta transacción la lista de propiedades todavía sigue siendo cuantiosa. A la venta están seis viviendas, una parcela de garaje y varias lonjas, entre ellas donde se ubica la haurreskola, el gaztetxoko y el edificio de la brigada municipal. A la dificultad de conseguir liquidez se une, además, la obligación por ley de echar la persiana a la sociedad, a más tardar, en «mayo de 2017», tres años después de que la junta de la empresa pública iniciase la liquidación.

Negociar con Hacienda

Ante este panorama, la sociedad está buscando la fórmula «menos perjudicial» para las arcas municipales y para los vecinos, porque según recuerda el propio liquidador, «las cuentas de la sociedad son positivas porque el Ayuntamiento ingresa dinero» para hacer frente a las deudas. La opción que más fuerza toma ante la imposibilidad de vender los bienes es la «cesión global del activo», es decir, de las propiedades, al Ayuntamiento. En ella están trabajando desde la sociedad. Pero esta operación se encuentra de momento bloqueada. Si asume los bienes, el Consistorio deberá pagar a Hacienda el IVA de la transacción vía presupuestos, una cantidad que podría superar los «200.000 euros».

Para reducir esta cantidad lo máximo posible, los responsables de la sociedad mantienen reuniones tanto con «Hacienda» como con la «Diputación» para alcanzar un acuerdo que permita transferir los bienes sin dañar a los vecinos de la localidad. De momento, no hay un acuerdo encima de la mesa, pero desde la sociedad confían en alcanzarlo antes de mayo del próximo año.