El fervor segregacionista se duerme en Usansolo

El día de ayer fue un oasis festivo en el barrio. Usansolo Herria, plataforma que promueve la independencia de esta zona, congregó a decenas de personas en torno a las actividades programadas para celebrar el primer aniversario de las votaciones. Talleres, castañas, chocolate, música y las impresiones de los portavoces de la agrupación recordaban a aquel 23-N. Sin embargo, frente a esta jornada, en este enclave de 4.600 habitantes, situado a casi cinco kilómetros del corazón galdakaotarra y que hace de puerta al valle de Arratia, sus moradores apenas hablan del proceso secesionista. Así, lo que hizo que vivieran un día histórico, lo que motivó que en las dos últimas elecciones locales UH lograra dos representantes en la Corporación, ha pasado a un segundo plano.

En los corrillos se habla del día a día o, en su caso, se habla de que no se habla. «Precisamente hemos estado comentando antes que ya la gente no dice nada del proceso», afirmaba un vecino que se había acercado a comprar el periódico. El quiosco es un termómetro para calibrar el sentir de los ciudadanos, y su responsable confirma la versión de su cliente: «No se comenta mucho».

Algunas banderas con la inscripción U113 (Usansolo, municipio 113) y escudos del barrio se distinguen en los balcones, pero en las plazas las conversaciones son otras. «No creo que cambie mucho, los coches seguirán aparcando donde quieran», valoraba Fernando, que aseguraba que sus preocupaciones son «otras». Junto con su amigo Andrés, señalaba que «no se oye nada. Ha sido de la noche a la mañana».

Ellos insisten en que «lo importante es el día a día. Tenemos siempre vacío un parking que muchos otros pueblos querrían tener y las calles llenas de vehículos». Para abordar la secesión, los vecinos remiten a «los que saben del tema», UH, y creen que «seguramente algo estarán haciendo». Si bien, reconocen que «no como antes», cuando «siempre había actos».

Trabajo de oficina

Cerca de la plaza Unkina, donde se celebró la consulta y la mayoría de asambleas abiertas de Usansolo Herria, un comerciante con una panorámica privilegiada de los lugares más concurridos del barrio recuerda que votó «como otro ciudadano más, pero ahora no está en mi mente». Nemesio Alonso proseguía ejemplificando que «es como estos sucesos que ocurren, hay mucho bombo, pero luego se van pasando, no te acuerdas de ellos». En su caso, la segregación de Galdakao es algo «secundario». «Ahora estoy más preocupado porque me voy a jubilar y quiero liquidar todo esto», explicaba mientras señalaba las estanterías de su negocio.

Monika Mena, portavoz de UH, argumenta que «antes, por desgracia, teníamos que estar todo el día en la calle para que se nos escuchara, pero con el cambio que supuso el 23 de noviembre seguimos otros caminos». Después de meses perfilando una hoja de ruta, el viernes el alcalde, Ibon Uribe, planteó otra alternativa. Eso sí, ambas coinciden en cerrar el proceso en 2017.