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Los dueños de viviendas amenazadas por la piqueta están hartos de una situación que se ha perpetuado desde hace años. María Gil Lastra
«Nos estamos muriendo de viejos sin que se haga justicia con nuestras casas»

«Nos estamos muriendo de viejos sin que se haga justicia con nuestras casas»

Los afectados por las sentencias de derribo en Cantabria llevan sus protestas al Parlamento regional para exigir una solución definitiva

josé domínguez

Domingo, 27 de mayo 2018, 00:57

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«He acudido a seis entierros en tres meses y, a mis 60 años, soy de las juventudes del colectivo.

Para muchos la situación es de auténtica desesperación, porque ven que nos estamos muriendo de viejos sin que se haga justicia con nuestras casas». Se puede decir más alto, pero no más claro. Ochenta afectados se han quedado ya en el camino desde que hace dos décadas se unieran para iniciar su lucha contra más de 600 sentencias de derribo de sus casas. Por eso el presidente de la Asociación de Maltratados por la Administración, Antonio Vilela, lamenta que, «se nos siga castigando siendo inocentes y cuando ya hace mucho que los jueces culparon a las administraciones por las irregularidades cometidas en las licencias urbanísticas de unas casas que nosotros compramos con todas las garantías legales».

Pero no se rinden. Por eso ayer dos centenares de ellos protagonizaron su enésima protesta con una caravana en autobuses desde Argoños al Parlamento de Cantabria, en Santander. Allí exigieron que se cumpla la declaración aprobada por unanimidad en esta misma cámara hace justo un año para darles una solución definitiva antes de que acabe esta legislatura. No quieren que la agonía se prolongue «ni un día más».

«La verdad es que, después de tanto tiempo, ya no nos queda ni una visión clara de las cosas y somos escépticos ante todo lo que nos dicen, pero vamos a darlo todo una vez más para hacernos oír», asegura. Y se lo dicen a todos: a los ayuntamientos, al Gobierno y a los jueces, los últimos en pasar a la acción. Después de que el Supremo fallase que los derribos no pueden seguir demorándose más tiempo, con la excusa institucional de falta de dinero para pagar las indemnizaciones. Exige que se tiren las casas con todas las garantías legales de que sus propietarios serán indemnizados. Orden del Alto Tribunal que ha acatado el Superior de Justicia de la comunidad al dar a los ayuntamiento y al propio Gobierno regional 30 días para presentar sus calendarios de demoliciones, plazo que se agota a principios de junio.

Este nuevo revés ha hecho mella en los ya agotados propietarios. Ayer las pancartas insistían en la legalización como la «solución», pero otros mensajes incidían en su cansancio y hartazgo: 'Más de 20 años maltratados, ¡No hay derecho! Sólo queremos vivir en paz'. «Es que en realidad ya nos da igual lo que hagan, pero que hagan algo de una vez por todas», confiesa Vilela. Siempre han luchado por la legalización, pero les vale «cualquiera» de las tres soluciones legales que con su presión estos años han arrancado a las instituciones: la regularización urbanística de las viviendas, el realojo en otros inmuebles totalmente legales o una indemnización equivalente al valor actual de la propiedad a derribar.

LOS DATOS

  • Municipios. Las viviendas ilegales se encuentran en Argoños (255), Arnuero (102), Piélagos (78), Miengo (93) y Escalante (32).

  • Tras la decisión del Tribunal Supremo de que la exigencia de indemnizaciones no puede paralizar los derribos, el Superior de Justicia de Cantabria ha empezado a ordenar que se ejecuten las sentencias de demolición, y ha dado 30 días de plazo a ayuntamiento y Gobierno regional para presentar sus calendarios.

«Último gesto» a la Justicia

El Gobierno de Cantabria, por su parte, asegura estar del lado de las familias y haber asumido su responsabilidad en lo ocurrido. Pero también que espera que al final la piqueta no tenga que tirar las viviendas. «Llevamos años trabajando en la modificación de los planes urbanísticos afectados para darles encaje legal: en Arnuero ya está garantizado que se construirán viviendas en otra zona del municipio, y los cambios en Argoños y Piélagos pueden estar aprobados antes de fin de año», remarca el director general de Urbanismo del Ejecutivo regional, Francisco González.

El responsable autonómico asegura que acatará la orden judicial y que se harán los calendarios de derribo solicitados, pero insiste en pedir «un último gesto» a la Justicia con las instituciones cántabras. «Aunque los ayuntamientos corran, la tramitación de los derribos llevará meses y se podría dar la circunstancia de tirar casas que apenas semanas después serían totalmente legales», asegura. Así lo cree también el alcalde de Argoños, Juan José Barruetabeña, que recuerda que su Ayuntamiento no está en condiciones de afrontar 250 indemnizaciones. «Si ya hemos tardado 21 años en arreglar esto, bien podemos esperar un poco más para dejarlo todo bien atado y de la mejor forma para todos», concluye.

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