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Jon Mao posa ante un detalle de su mural en el mercado.
Kabiezes también tiene sus almiares

Kabiezes también tiene sus almiares

El artista de Santurtzi Jon Mao estampa de nuevo su firma en el pueblo con un mural que evoca al famoso cuadro de Monet

SILVIA OSORIO

Lunes, 27 de marzo 2017, 23:43

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Santurtzi es mar y pesca, pero uno de sus barrios altos, el populoso Kabiezes, reivindica desde hace años que no se pierda su pasado rural. Con esta idea, el artista local Jon Mao ha vuelto a estampar su sello en una pared del pueblo que le vio nacer. El autor del mural en honor a los remeros que han pasado por la sotera, una auténtica obra de arte que brilla con luz propia desde hace un par de años en el puerto pesquero y que se ha convertido en un emblema de la localidad, ha pintado en esta ocasión una parte de la fachada exterior del mercado de abastos de Kabiezes, una obra que, sin pretenderlo, evoca la famosa serie de pinturas impresionistas llamada Los almiares, del francés Claude Monet.

Mao, que recibió el encargo de parte de miembros de la Corporación local, ha tratado de que su pintura mantenga la armonía con la otra decoración del exterior del mercado, pues hace unos años, con motivo de la llegada del metro al barrio y a través de una iniciativa de memoria histórica, la fachada se restauró con un compendio de fotos antiguas que evocan la vinculación que sus gentes han tenido con las huertas y el ganado. Para mantener vivo el legado del barrio, el artista marinero ha escenificado dos estampas muy rurales: en la principal aparecen unos almiares, montones de paja formados después de cada cosecha; y en la secundaria, en vertical, unas herramientas de labranza.

«El objetivo era que armonizase con el resto de la fachada, como si siempre hubiera estado ahí. A la gente le ha gustado», explica «orgulloso» de haber vuelto a plasmar su obra en su municipio. En tonos ocres acordes con el tema del campo y con la otra decoración de la fachada, la pintura la ha realizado sobre dos superficies diferentes. La más grande, la de los almiares, está pintada sobre unas rendijas de ventilación de uno de los puestos del mercado, un trozo de fachada que aún quedaba por decorar.

Once comerciantes

En este caso, Mao apostó por pintarla primero con aerosoles para después retocarla con pincel. Pese a que terminó la obra en dos semanas, no fue tarea sencilla. «Vi la pared perforada y dije: ¿Pero yo qué hago aquí?. Ha tenido su complejidad, ya que tenía más agujeros que superficie de metal. Eso te desvirtúa mucho la obra. Hay que verlo de lejos. Como está pintado sobre una superficie calada, si lo miras de cerca, no te deja ver la forma», señala, a la vez que confiesa tener «alguna idea» más en la cabeza para Santurtzi.

Esta iniciativa también tiene como fin fomentar las ventas en el mercado del barrio, cuyos vendedores están con el agua al cuello. El equipamiento de Kabiezes se mantiene con once comerciantes. Pese a la campaña de promoción impulsada por el Ayuntamiento, las cosas siguen como estaban: no ha bajado la persiana ningún puesto, pero tampoco han abierto nuevos en los locales que permanecen vacíos. «Seguimos aguantando», suspira Antonio Gallego, uno de los profesionales del gremio.

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