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Arantza Allende acuna a la pequeña Chloe en una sala de lactancia.
«Dar el pecho  en la calle puede  ser violento»

«Dar el pecho en la calle puede ser violento»

Arantza Allende, madre primeriza, alaba a los pequeños comercios con salas de lactancia. En Barakaldo ya hay ocho que ofrecen este servicio

sergio llamas

Jueves, 20 de octubre 2016, 00:01

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Chloe ha encontrado un segundo hogar en el comercio de Barakaldo. La pequeña, de dos meses y medio, y su madre, Arantza Allende, son nuevas usuarias de la red de salas de lactancia que echó a andar a finales de 2012 y que, tras dos recientes incorporaciones en Cruces y Ansio, cuenta actualmente con ocho puntos repartidos por todo el municipio. «Esto es algo totalmente necesario. Yo he dado el pecho en la calle si me ha coincidido y nunca me ha surgido ningún problema ni mirada extraña, pero también es verdad que es una cosa que requiere intimidad y que para puede resultar violento para la madre», reconoce Allende.

Ella es ingeniera de profesión, vecina de Deusto y también madre primeriza. Desde que tiene a su hija ha empezado a comprender los problemas del día a día que pueden surgir tanto para alimentarla como para cambiarle los pañales cuando se encuentra lejos de casa. Una buena solución es la que ofrecen los ocho comercios fabriles adheridos a la red de salas de lactancia de la agencia de desarrollo local Inguralde.

Esta última, un estudio de fotografía que también incluye una zona con productos para bebés, levantó la persiana en mayo a pocos metros del Hospital de Cruces y frente a una zona de juegos infantiles. Desde hace un par de meses ofrece el servicio de lactancia de manera gratuita y sin ningún compromiso para los usuarios. «Han venido algunas madres y la acogida ha sido muy buena. Tenemos un espacio en el que están muy cómodas, como en el salón de su casa, y pueden sentarse a dar el pecho, cambiar los pañales, calentar el biberón o lo que necesiten», celebra Xandra Álvarez, una de las encargadas junto a Ángela Allende y Yolanda de Haro. «Para nosotras es positivo porque la gente entra a nuestro local y nos conoce, y también porque le damos algo al vecino. Así notan que el comercio se encuentra integrado en el barrio y que no estamos únicamente para vender», añaden.

«Un plus» para la hostelería

El presidente de Inguralde, Danel Sola, asegura que el objetivo marcado desde la agencia de desarrollo es llegar a contar con una docena salas de lactancia. «Es un plus que las familias con bebés valoran de forma muy positiva a la hora de moverse por la ciudad para comprar o disfrutar de la hostelería en Barakaldo», reivindica. Es la propia Inguralde la que facilita al comercio el material necesario, como un mueble cambiador, un contenedor para pañales usados o un calentador de biberones y potitos. «Una vez que los comercios se suman a la iniciativa, la valoración que recibimos es muy buena porque refuerza la imagen de marca, ayuda a dinamizar y a generar ese tránsito de gente entre los barrios y potenciar el consumo», añade.

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