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TXEMA IZAGIRRE
Jueves, 12 de abril 2018
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Si no hay un acuerdo express la próxima semana volverá a haber huelga en las instalaciones deportivas de Getxo. Ayer se sentaron a negociar las partes y ayer se conocieron también las cifra oficiales de incidencia de este paro llevado a cabo por los monitores que dependen de la empresa subcontratada por Getxo Kirolak para hacerse cargo de los diferentes cursillos que se imparte. Cursillos que este pasado miércoles se suspendieron. Solo se ofrecieron 44 de las 175 clases deportivas que estaban previstas ese día. El seguimiento de la huelga fue elevado entre la plantilla. «El 83% del profesorado de la empresa adjudicataria secundó la huelga», indicó un portavoz del equipo de gobierno local, integrado por PNV y PSE. 48 de los 52 trabajadores llamados a secundar el paro no acudieron a sus puestos de trabajo.
Desde ELA-STV justificaban ayer esta medida al no haber obtenido de forma previa «respuesta alguna» a sus reivindicaciones salariales. Ayer sí que se produjo un encuentro tras el cual desde el sindicato se trasladó que «el planteamiento que se ha realizado es que hagan propuestas por parte de la empresa y que tengan contenidos». Por el momento, y salvo que en en cuestión de pocos días se alcance algún entendimiento, se mantienen las otras dos jornadas de paro anunciada para la semana que viene: el 17 y el 18 de abril.
Por parte de Getxo Kirolak se anunció el mismo miércoles que a los abonados afectados por la suspensión de estos cursillos se les devolverá el dinero por las clases que no han recibido. El día de la huelga la entidad deportiva municipal decidió dejar las instalaciones abiertas para que aquellos alumnos que así lo decidiesen pudiesen practicar deporte pese a la falta de su profesor.
El Ayuntamiento ha querido dejar claro que no participará en las negociaciones. Considera que, de hacerlo, incurriría en una injerencia. Lo que sí hace la Administración local es exigir a ambas partes que se sienten cuanto antes para alcanzar un acuerdo y poner en marcha los cursillos. Busca que el perjuicio para los inscritos en estas clases sea el menor posible.
La pretensión de estos trabajadores, por su parte, es conseguir la firma de un convenio para lograr lo que consideran «unas condiciones dignas». Sus quejas se refieren a que solo les abonan las horas trabajadas, durante las que dan el cursillo, sin que les paguen la preparación previa que precisan las mismas.
Estos monitores sustituyen a los de Getxo Kirolak (hay 17) cuando se producen bajas y lo hacen como «fijos discontinuos». Su trabajo requiere una dedicación plena por estos factores variables que influyen en su cantidad de horas invertidas, que les impiden tener otra dedicación parcial, según se quejan los sindicatos.
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