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IÑIGO SÁNCHEZ DE LUNA
Miércoles, 29 de marzo 2017, 23:25
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El Ayuntamiento de Erandio contará con una nueva herramienta para gestionar la no siempre fácil convivencia entre vecinos y usuarios de las lonjas juveniles, con una ordenanza reguladora de este tipo de espacios de ocio cada vez más en boga entre los jóvenes. En unos días arrancarán los contactos con los usuarios de este tipo de locales para realizar una «puesta en común que nos conecte directamente con la realidad», destacó el delegado de Juventud, Mikel Filgueiras. En el proceso también tomarán parte propietarios y vecindario, a los que «presentaremos los diferentes borradores».
La ordenanza vendrá a complementar la actual Guía de Buenas Prácticas, elaborada por el servicio de mediación Lonjagune E!. La misma regula las condiciones para una buena convivencia vecinal y la seguridad necesarias para el perfecto funcionamiento de estos locales. La adhesión a la misma está abierta a todas las lonjas. «Por el momento se han sumado una quincena, que no está nada mal para el año de funcionamiento» de este servicio municipal.
Según los datos de Lonjagune E!, en la actualidad existen medio centenar de estos espacios utilizados por 746 personas, con una edad media de entre 16 y 28 años. Durante el diagnóstico realizado el pasado año también se detectó un dato curioso, como la existencia de un pequeño grupo de personas en tránsito entre la lonja y el txoko. Los mismos son jóvenes padres y madres que «han crecido en lonjas y aún las utilizan para celebrar cumpleaños u otras reuniones». También la puesta en marcha de Lonjagune E! a lo largo de 2016 ha supuesto una mejora en la relación entre usuarios y vecinos de los inmuebles donde se ubican.
Solo dos conflictivas
De hecho durante primer semestre de funcionamiento de este servicio recogieron un 86 quejas, que antes de finalizar el ejercicio se redujeron a 22, «un 78%», dijo. La gran mayoría se genera por ruidos o música excesivamente alta en horario nocturno. Desde el Consistorio dejaron patente que «dos de estos espacios se pueden catalogar en cierta manera como conflictivos por ruidos e incumplimiento de horarios, un número prácticamente insignificante» en comparación con el censo de este tipo de espacios de esparcimiento.
Este servicio no solo se limita a la mediación para favorecer una buena convivencia, también se encarga de controlar que las lonjas cuenten con accesos adecuados, tomas de luz, agua o servicios. Además, asesoran a la hora de firmar los contratos y ofrecen información detallada sobre otros programas municipales. Una labor que una educador realiza a pie de calle o mediante las redes sociales.
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