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Algunos rincones de Altzaga conservan un encanto especial.
Erandio, patrimonio obrero

Erandio, patrimonio obrero

El historiador Gorka Pérez de la Peña desgrana los entresijos del desarrollo urbanístico de la localidad

Miriam Cos

Lunes, 24 de octubre 2016, 12:22

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Su fachada verde y sus balcones neogóticos permanecen impasibles ante el tiempo. Frente a su ventanales, la ebullición industrial de la Ría se mantiene otrora protagonista del inicio de la industrialización de Bizkaia. En la actualidad, la carretera Bilbao-Plentzia oscurece su histórico pasado, pero fue allí en otro tiempo, incluso en otro siglo, cuando el municipio de Erandio dio sus primeros pasos hasta convertirse en lo que hoy es. Lo explicaba el sábado el historiador Gorka Pérez de la Peña, en una ruta guiada organizada a través de las Jornadas Europeas de Patrimonio y donde los obreros y el hierro jugaron un papel vital.

«Erandio y su arquitectura son un ejemplo tangible de la industrialización», explicó el experto, que atesora diversos libros sobre la arquitectura vizcaína a sus espaldas. Erandio fue una anteiglesia rural de Erandio Goikoa hasta mediados del siglo XIX, cuando la llegada de trabajadores a las fábricas de la zona comenzó a expandir la población. «El centro obrero del nuevo pueblo se centró en Altzaga, donde se produjeron tres arquitecturas diferentes a lo largo de los años», desgranaba ante un grupo que no perdía detalle .

«La gente vino aquí a vivir y construyó sus propias casas. Entre cada uno de los edificios hay espacio para que pudiesen acceder a las industrias, que se encuentran detrás, conformando una suerte de espacio al estilo medieval», gesticulaba el historiador. Hoy en día, aún se mantienen los edificios originales, eso sí, con modificaciones posteriores. El de "El Siglo", levantado en 1873, viviría una lavado de cara en 1928, de la mano del famoso arquitecto Luis de Arana Goiri, cofundador del PNV y precursor del estilo ecléctico y modernista. Y, posteriormente del neovasco, el art decó y el racionalista.

Con un kilómetro cuadrado de viviendas e industrias, Erandio siguió sus pasos al crecimiento poco a poco. Fue la famosa familia Jado la que llevó a cabo la construcción de varias urbanizaciones privadas, lo que hoy son las calles Obieta, Jado, San Ignacio y Urdaneta. "«Posteriormente el Ayuntamiento tuvo que subastar varios terrenos por tener deudas tras las Guerras Carlistas». Con la consolidación de las fábricas de la zona a partir de 1870, Erandio comenzó a necesitar mano de obra, llegada desde otras partes de España y no solo de la comunidad. «En 1875 había 1.800 habitantes, en 1930 la cifra ya era de 11.000». Luego llegó la Guerra Civil, el franquismo y el aglutinamiento de viviendas. «No había necesidad de construir así», se despide el historiador.

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