Cacerolada contra la Kultur Etxea de Romo

Los residentes han decidido dar una nueva vuelta de tuerca a sus movilizaciones al centrar ahora todos sus esfuerzos en conseguir que las autoridades municipales convoquen una consulta ciudadana con el fin que «todos los getxotarras se puedan pronunciar» sobre el modelo de centro cultural que consideran más adecuado. Los miembros de la plataforma ciudadana insistieron en dejar «bien claro que apoyamos la construcción de una kultur etxea en un barrio que carece de este tipo de infraestructuras, pero no el megaproyecto» que se está levantando en la actualidad.

En este sentido, recordaron que la propuesta defendida por los residentes pasa por la reducción de dos de las cinco plantas que se han previsto en el futuro equipamiento sociocultural y eliminar el acero corten de la fachada. Con estas medidas, a su juicio, el coste de la obra se reduciría en aproximadamente dos millones de euros de los ocho presupuestados. Un ahorro económico que debería ir destinado a rehabilitar las instalaciones que en la actualidad albergan el euskaltegi y el hogar de Jubilados y que, de seguir adelante el plan del equipo de Gobierno, será derribadas, «algo que no vamos a permitir jamás por ser una de las pocas edificaciones originarias» de Romo.

El PSE apoya la propuesta ciudadana y ayer el concejal socialista en Getxo, Agustín Ruiz, anunció que su grupo presentará una moción al próximo pleno para solicitar al alcalde, Imanol Landa, la convocatoria de una consulta ciudadana para que «los vecinos y vecinas puedan elegir qué modelo de Kultur Etxea quieren en Romo». A su juicio, el equipamiento es necesario, si bien el proyecto encabezado por el equipo de Gobierno se ha convertido «en un despropósito por la ausencia de debate y consenso». Desde las filas del PSE consideran que «no es momento para posturas inmovilistas, sino de escuchar con actitud dialogante lo que piensan de verdad todos los afectados».

Proceso de reflexión

Por su parte, el grupo municipal del PP también ha terciado en la polémica con la presentación de otra propuesta en la sesión plenaria de marzo en la que exigirá la paralización de las obras de esta infraestructura cultural y la «apertura de un proceso de reflexión» sobre un proyecto que «consideramos necesario pero no compartimos el modelo impuesto por el equipo de Gobierno». Su portavoz, Marisa Arrúe, aseguró que «todavía queda tiempo para que partidos políticos y asociaciones de vecinos puedan solventar las discrepancias existentes y acordar un proyecto común» teniendo en cuenta, eso sí, las propuestas de los residentes en el barrio, que han sido asumidas por la oposición municipal.