Fillon y Hamon llaman a votar contra la extrema derecha

«Hoy cerramos claramente una página de la vida política francesa», se congratuló Macron, satisfecho de que los franceses expresaran en las urnas «su deseo de renovación». «Es crucial trabajar para obtener la mayoría más amplia posible y lograr una unión de todos los progresistas», planteó el político renovador, empeñado en consumar la alquimia de la izquierda y la derecha. «Quiero ser el presidente de los patriotas frente a la amenaza de los nacionalistas», proclamó.

Desde su feudo electoral de Hénin-Beaumont, en el norte del país, sacudido por la crisis y la reconversión industrial, Le Pen arengó a los «patriotas» de todas las sensibilidades a «liberar al pueblo francés» en un momento histórico en el que «está en juego la supervivencia de Francia». Convencida de que su partido «ha dado el primer paso para que los franceses lleguen al Elíseo», subrayó que «el gran desafío en estas elecciones es la globalización salvaje».

«No es con el heredero de Hollande con quien llegará la alternancia», dijo en alusión a Macron la autoproclamada candidata del pueblo mientras en la parisiense plaza de la Bastilla se producían enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y alborotadores anarquistas y antifascistas. «El verdadero candidato del sistema es Macron, que era el antiguo ministro de Hollande y Valls», insistió por su parte Jean-Marie Le Pen, quien por primera vez desde su expulsión del Frente Nacional pronunció palabras amables hacia su hija pródiga.

Fillon, el gran perdedor, reconoció su derrota electoral y pidió el voto para Macron en la segunda vuelta para contener el avance de la finalista del Frente Nacional, Marine Le Pen. «No hay otra opción que votar en contra de la extrema derecha. Votaré, por tanto, a favor de Macron», anunció el representante del fracasado centro-derecha por entender que el programa lepenista «llevaría al país a la quiebra y a Europa al caos» y «el extremismo sólo puede traer desgracia y división a Francia».

Los llamamientos a reformar el frente republicano que en 2002 cerró las puertas del Elíseo a Jean Marie Le Pen fueron unánimes entre los socialistas, apeados por segunda vez del duelo final a causa del avance del Frente Nacional en los sectores obreros y populares. El candidato del Partido Socialista, Benoît Hamon, líder del sector rebelde a la gestión reformista de François Hollande, apeló a votar por Macron para «luchar de la forma más fuerte posible» contra Marine Le Pen, aunque aseguró que a pesar del «desastre» de su humillante fiasco «la izquierda no está muerta».

También Pierre Laurent, secretario general del Partido Comunista, que respaldaba la candidatura del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, llamó a votar por Macron, cuyo programa habrá que combatir mañana».