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El autor del tiroteo, en una fotografía publicada por el diario Bild.
El asesino de Múnich llevaba un año preparando el ataque

El asesino de Múnich llevaba un año preparando el ataque

El joven, que estaba en tratamiento psiquiátrico, había recopilado documentación sobre otras matanzas e incluso había llegado a visitar la localidad de Winnenden (suroeste de Alemania), donde un chico de 17 años asesinó en 2009 a 15 personas. La policía confirma que compró la pistola en Internet

óscar b. de otálora/ agencias

Viernes, 22 de julio 2016, 18:43

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La brutal tiroteo cometido el pasado viernes en Múnich no fue improvisada ni provocada por un momento de locura transitoria. La investigación de las autoridades alemanas ha revelado este domingo que Ali David Sonboly, el autor de la matanza que acabó con la vida de 9 personas e hirió a 35 llevaba un año planeando el ataque después de descubrir en su cámara de fotos imágenes de una visita el verano pasado al escenario de una matanza escolar en Winnenden, a 250 kilómetros de Múnich. En 2009, un adolescente de 17 años al que describían como solitario, mató a nueve estudiantes y tres profesores en un colegio de la localidad. También han informado de que el joven dejó escrita una nota cuyo contenido está analizando la policía.

Las pesquisas han aportado nueva luz sobre cómo este estudiante germano-iraní de 18 años se hizo con la pistola Glock de 9 milímetros, las 58 balas que la policía hallo en el lugar del crimen y los cargadores sin usar con más de 300 balas que guardaba en la mochila. La policía ha informado de que el joven, obsesionado con las matanzas, compró la pistola de forma ilegal a través de 'darknet', es decir, por Internet, pero utilizando conexiones encriptadas, y el arma procedía de República Checa o Eslovaquia. En el país germano hay entre 20 y 30 millones de armas ilegales.

La pistola al parecer había sido inutilizada, pero fue modificada para que pudiera volver a disparar, ha explicado el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann. El sospechoso pagó «unos pocos cientos de euros» por el arma, una Glock semiautomática. Por el momento se desconoce si fue el propio sospechoso el que modificó la pistola para que se pudiera reutilizar, pero el arma está siendo examinada por los expertos. Sí se sabe que el número de serie fue borrado, lo que dificulta en extremo su trazabilidad.

Heimberger ha informado además de que los padres del sospechoso todavía están conmocionados por lo ocurrido y que ni siquiera han podido interrogarles, informa Reuters.

Recibió una paliza en 2012

Casi desde el principio se señaló que Sonboly no tenía antecedentes penales y ahora se sabe que si la Policía tuvo algún contacto con él no fue como autor de un delito sino como víctima. En una ocasión fue objeto de un robo y, en algún momento de 2012, según datos del dominical 'Bild am Sonntag', recibió una paliza que le propinaron muchachos de su misma edad.

La fiscalía, sin entrar en detalles, confirmó que en 2012 había habido un «incidente» en el camino al colegio, pero agregó que los protagonistas de este no estaban entre las víctimas por lo no hay motivo para decir que la matanza haya sido una venganza contra personas concretas.

En todo caso, a partir del incidente de 2012 Sonboly empezó a buscar refugio en juegos de internet y en algunas plataformas usaba nombres como 'Psycho' o juguemos este juego hasta la muerte. Además empezó a interesarse por casos de asesinatos masivos perpetrados por jóvenes sobre los que coleccionaba artículos de prensa. Sonboly había estado en tratamiento psiquiátrico por fobias sociales y depresiones.

Además, una fuente de la Fiscalía ha confirmado que entre los fallecidos -tres turcos, tres albanokosovares y un griego, además de dos alemanes- no había ningún compañero de clase del sospechoso.

Invitación a través de Facebook

El sábado, las autoridades alemanas confirmaron que la matanza se saldó con nueve muertos -cinco de ellos menores de edad- y 35 heridos. El joven Ali David Sonboly se habría quitado la vida disparándose en la cabeza, aunque aún tenía munición para realizar 300 disparos más.

La matanza junto al centro comercial Olympia fue preparada con cuidado. El joven invitó a través de una cuenta de Facebook falsa a todos los que lo desearan a acudir al lugar que terminaría convirtiéndose en una carnicería humana. «Venid a las 16:00 horas al centro comercial. Os invito a algo, pero no demasiado caro», escribió camuflado en el nombre de Selina Akim, en cuyo perfil de Facebook aparecía la foto de una chica. Algunos de los amigos asociados a esta cuenta advirtieron del fraude. «Este tío está enfermo de la cabeza y solo quiere notoriedad», escribió un usuario, que incluso identificó al futuro asesino como la persona que se escondía tras el nombre de Selina Akim, según información que publica el Süddeutsche Zeitung.

«Callado, solitario y apasionado de los videojuegos»

«Un joven callado, solitario y apasionado de los videojuegos». Así lo describen algunos vecinos del barrio de Maxvorstadt, no lejos del centro, donde vivía junto a sus padres y su hermano en un edificio de viviendas de protección oficial. «Pasaba mucho tiempo con los videojuegos. Sobre todo con los más violentos», cuenta Najib, un adolescente de 13 años que iba al mismo colegio que David Sonboly y que había compartido con él varias tardes de juegos. También cuenta que no era especialmente religioso y apenas iba a la mezquita. No tenía antecedentes policiales. «Me caía bien, no podía creer que hiciera algo así hasta que me asomé al balcón y vi a la policía», explica el menor.

Registros en su vivienda

Las fuerzas de seguridad han registrado este sábado la vivienda del sospechoso, que «nació y creció en Múnich» a pesar de su origen iraní. Según un responsable policial, en el registro se han localizado artículos a otros tiroteos masivos. En concreto, había acumulado informado sobre la masacre en un instituto de la localidad de Winnenden en 2009 que concluyó con 15 víctimas mortales.

El lugar elegido por el asesino -el centro comercial Olympia, también conocido como OEZ- es un espacio emblemático de la ciudad alemana, situado en una zona residencial pero con buenas conexiones, lo que implica que buscó un área densamente ocupada para causar la mayor conmoción en la sociedad germana. El tiroteo llevó el pánico a la superficie comercial en hora punta. La gente gritaba y corría buscando un lugar en el que parapetarse de los disparos. Es habitual que los viernes por la tarde muchos muniqueses que han salido de sus trabajos se dirijan a la estación de tren cercana al lugar de los hechos para viajar el fin de semana o para realizar compras en alguna de las más de 150 tiendas que alberga el local comercial.

Encerrados en casa

La descripción de los hechos que rodean el ataque está llena de partes oscuras. El tiroteo comenzó a las 17.50 horas en las inmediaciones de un restaurante de la cadena de comida rápida McDonalds. Según las imágenes captadas por un paseante, una persona vestida con ropa oscura situada en la puerta del local sacó un arma y abrió fuego de forma indiscriminada/span> sobre los jóvenes que caminaban por la zona. A partir de ese momento el caos se adueñó de las calles. Esta persona caminó hasta el centro comercial Olympia y allí volvió a disparar. Después, mantuvo un tiroteo con una patrulla policial, en el que habría resultado herido, y consiguió darse a la fuga.

A partir del asalto al Olympia, Múnich se sumergió en el pánico. Las declaraciones de los testigos apuntaban en un principio que la masacre había sido cometida por tres personas provistas de «armas largas». Además se vio huir a dos individuos en un coche a gran velocidad. La propia Policía habló en plural de la búsqueda de los posibles autores hasta primera hora de la madrugada, cuando informó de que el asalto había sido obra de un solo tirador. Durante toda la tarde, los muniqueses fueron instados a permanecer en sus hogares o encerrarse en algún lugar seguro. En medio de esta extrema tensión, también se cancelaron los eventos públicos previstos.

Al mismo tiempo, miembros de las fuerzas de élite tomaron el Olympia en busca de sospechosos. A la operación policial se sumaron efectivos de otras ciudades y lander. Helicópteros con francotiradores en los laterales sobrevolaron la zona; el metro y otros transportes públicos quedaron clausurados y se despejaron las carreteras de salida de la ciudad para controlar cualquier intento de huida o de nuevos tiroteos. Asimismo, los agentes pidieron a los taxistas que dejasen de prestar servicio y no trasladaran a ninguna persona.

Tras el tiroteo en el centro comercial, se divulgó la grabación de un videoaficionado en la que se veía a un hombre armado en el tejado de un párking de varias plantas próximo al Olympia. Este hombre caminaba tranquilamente y abría fuego con una pistola en dirección a los edificios próximos, según se aprecia en varias imágenes. De acuerdo a algunos testigos, él fue quien habría gritado en numerosas ocasiones: «¡Extranjeros de mierda! ¡Soy alemán!», una frase que provocó numerosas especulaciones. Entre ellas, comenzó a circular la hipótesis de que el atentado hubiera sido perpetrado por una motivación xenófoba a cargo de elementos de la ultraderecha.

Mochila roja

Tiempo después del crimen, y aproximadamente a un kilómetro de distancia de donde se produjo, apareció el cuerpo del pistolero. Según la televisión bávara, llevaba una mochila roja que fue revisada por los artificieros con un robot, sin que trascendiera su contenido.

Hacia la una de la madrugada, la Policía muniquesa admitió, a través de las redes sociales, que el fallecido había actuado «muy probablemente» solo. De hecho, casi en el mismo momento se anunció el restablecimiento de la normalidad en el transporte público, lo que señalaba definitivamente el levantamiento del dispositivo de búsqueda de otros posibles responsables.

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