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Manifestantes anti euro se manifiestan en Atenas contra las medidas aceptadas por Tsipras.
Fuera del euro, vuelta del dracma, aún más pobre... El abismo al que se ha asomado Grecia

Fuera del euro, vuelta del dracma, aún más pobre... El abismo al que se ha asomado Grecia

El órdago de Tsipras a la UE ha colocado a un país arruinado en una situación todavía más dramática. Un experto en instituciones europeas explica las eventuales consecuencias del temido 'Grexit'

Jorge Barbó

Domingo, 12 de julio 2015, 00:36

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Los griegos llevan ya una década acostumbrados a vivir con el corazón (y el bolsillo) en un puño. Pero ha sido esta semana cuando el país se ha asomado al abismo, al más oscuro de los negros escenarios económicos a los que se había enfrentado hasta ahora, tras dos rescates que han apretado la soga de la austeridad al cuello del pueblo heleno y que, empachado de hartazgo, le llevó el pasado domingo a gritar un sonoro y contundente 'Oxi' en las urnas, en ese referéndum convocado por el gabinete de Alexis Tsipras para sorpresa y tremendo enfado de sus socios europeos. Desde entonces, la permanencia de Grecia en la moneda única ha pendido de un hilo finísimo (Alemania proponía ayer que los griegos abandonen el euro durante 5 años), incapaz de sostener una dramática situación que sólo un tercer rescate llegado desde Bruselas podía parchear de nuevo. Hasta que el pasado jueves en Monastiraki, en Plaka, en el puerto del Pireo y en cada rincón de la cuna de la democracia moderna se escuchó un suspiro de alivio colectivo. El Gobierno de Syriza aceptaba buena parte de las medidas más duras impuestas por el Eurogrupo. Y los nubarrones más negros, los que iban a hacer caer chuzos de punta sobre la maltrecha situación griega, parecían despejarse. Pero, ¿qué ocurriría si las partes no llegan a alcanzar tan necesario acuerdo? El profesor de Relaciones Internacionales de la Universida de Deusto, Iñigo Arbiol, explica las consecuencias de una eventual salida de Grecia de la Eurozona.

¿El denominado 'Grexit' habría supuesto también la salida de la Unión Europea?

Rotundamente, no. "La premisa de que si sales del euro, sales de la UE, es falsa. La pertenencia a la Unión y al Eurogrupo son dos cosas muy distintas, aunque se han confundido bastante en los últimos días", destaca el especialsita.

Con todo, ¿qué mecanismos tiene previstos la Unión para la salida de un país miembro?

Hasta el Tratado de Lisboa, la Unión nunca previó que pudiera salir un miembro. Fue entonces cuando se estableció que, al igual que un estado puede solicitar su adhesión de forma voluntaria, también pudiera pedir su salida. "Pero hay que destacar que es un derecho unilateral de los estados, en ningún momento se ha previsto echar a un estado", apunta Arbiol. "Este es un puente que se quemó precisamente para que nadie se fuera de la Unión, para evitar que un país fuera expulsado", añade. "Aunque esto no es aplicable con la petición secesión de una región, como en el caso catalán", aclara Arbiol. En un hipotético caso de que Grecia hubiera pedido salir de la UE, algo que, al menos de manera formal, nunca ha estado sobre el tapete, "se tendría que abordar el acuerdo de un nuevo tratado internacional entre la Unión Europea y el país", ilustra el especialista. "El estado le comunicaría al Consejo Europeo su deseo, la Comisión (que representa al conjunto de los estados miembros) buscaría un formato de acuerdo, que pasaría por el Parlamento, y ahí, de producirse el consenso, se prevé que el estado pueda salir en dos años", detalla.

La amenaza parecía certera en los últimos días, pero, ¿Hasta qué punto Grecia podría haber sido expulsada del euro?

"Lo cierto es que no hay previsto ningún mecanismo de salida del euro. Por eso el Gobierno de Tsipras no pudo hacer esa pregunta concreta a sus conciudadanos", destaca el investigador. Aunque, de facto, sí habría existido la posibilidad de darle un portazo a la continuidad del país heleno en la Eurozona. De no llegar a un acuerdo, el país se habría visto incapaz de afrontar a los pagos pendientes con los acreedores y "si Grecia no paga al BCE, la institución podría acabar cortándole el grifo". "Si se llegara a esa situación, el país perdería su soberanía monetaria, porque, al no tener su propia moneda, habría entrado en una quiebra financiera que no le habría permitido cumplir con los requisitos de permanencia del euro", detalla Arbiol. "Entonces, la impotencia de Grecia para manejar su propia economía habría sido tal, que se habría visto abocada a pedir su salida: es como si el país estuviera bajo el agua, respirando por un tubo, si se lo quitas, no hace falta que le digas que tiene que salir a la superficie, lo va hacer, porque no tiene aire para respirar", ilustra el especialista.

¿Qué habría ocurrido a partir de entonces?

Salvando las muchísimas distancias, en lo que a su posición en el seno de la UE se refiere, Grecia se habría encontrado en una situación similar que otros países como Gran Bretaña o Finlandia. Fuera del euro, pero dentro de Europa. "El papel y el peso específico de cada país, tanto en la Comisión como en el Parlamento, como en el Consejo, no se dirime por la pertenencia al euro o no", reitera el investigador. "De hecho, los países que no tienen el euro como moneda, también habrían jugado un papel en una hipotética salida de Grecia del euro, por lo que se llama mecanismo de cooperación reforzada: el Eurogrupo no es una institución de la Unión, es un conjunto de países que se reúnen sobre un tema en concreto y sirve para hacer más eficiente la gestión sobre un mismo interés, aunque no tiene capacidad de decidir ni legislar", ilustra el especialista.

¿Qué habría supuesto la salida de Grecia para el conjunto de Europa?

Con matices, casi todos los economistas están de acuerdo en que un 'Grexit' no habría beneficiado a ninguna de las partes. "Es que lo que aquí se ha puesto en juego desde el principio no sólo ha sido Grecia, sino el euro en su conjunto. Habría sido un golpe brutal para la credibilidad de la moneda y de las instituciones", destaca Arbiol. "En todo caso, no hay una salida buena, en la que el euro pueda salir reforzado, para esta situación", añade. Y explica: "Si hubiera salido Grecia, se habría visto que no tenemos una moneda lo suficientemente fuerte como para resistir a un eventual 'default'. Si no sale, como parece ser el caso, se va a iniciar un tercer rescate que también va a afectar a la economía europea y, sobre todo, va a producir un disenso entre los miembros, entre Francia y Alemania y eso supone un problema". "Aquí no hay un win-win, sólo un lose-lose", ejemplifica el experto.

Y tras el euro, el dracma. ¿Cómo habría sido el proceso para retomar una moneda propia?

Grecia se habría visto inmersa en un proceso logístico muy complejo. Y muy costoso. Las autoridades se habrían enfrentado a la labor hercúlea que supone emitir nueva moneda, a ponerla en circulación, a reponer cajeros, a adaptar sistemas informáticos... "Poner en circulación una nueva moneda implica gran cantidad de recursos. Además, un dracma tendría que entrar en el cambio libre, que estaría sujeto a la percepción del mercado y a las reservas que tuviera el Banco Central griego de capital fuerte. Habría sido una situación muy complicada, todavía más de lo que ya es", resume Arbiol. Algunos expertos han defendido en los últimos tiempos un retorno al dracma. ¿Habría tenido alguna consecuencia positiva? "Quizás habrían aumentado algo las exportaciones... pero los griegos se habrían enfrentado ante una fuga masiva de capitales, su sistema financiero habría quedado casi destruido, la balanza comercial habría quedado muy afectado y el ciudadano griego se habría visto muy empobrecido", enumera el experto.

Eso en lo económico. Y en lo político, ¿qué implicaciones habría tenido para el resto de países europeos una salida de Grecia?

"Detrás de todo este asunto hay una fuerte carga política. Los países en los que gobierna la derecha y en los que lo hace la izquierda moderada no están interesados en una salida de Grecia", asegura Arbiol. "En el caso de España, implicaría demostrar que un modelo alternativo, frentista y que ha desafiado al conjunto de las instituciones financieras internacionales puede llegar tener éxito. O dicho de otro modo, podría haber supuesto la diferencia entre que Podemos quede segundo o tercero en unas próximas generales", asegura el profesor de la Universidad de Deusto. Y, entre tantas incertidumbres que parecen haberse despejado, una duda: ¿Habrá aprendido algo Europa de este resbalón? ¿Será el último?

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