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Martes, 10 de abril 2018, 01:33
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La semana pasada volvió a ocurrir: en Loiu varios vuelos fueron cancelados o desviados porque hacía viento. Como consecuencia, en sólo un día, el martes, casi mil pasajeros resultaron afectados. Muchos de ellos se quedaron en Sevilla, o regresaron a Barcelona, o fueron enviados a Pau. Pero ninguno de los aviones implicados se posó ahí al lado, en Foronda, lo que hubiese sido todo un bálsamo para los viajeros. Esta situación tan clásica ha reabierto el también clásico debate sobre la supuesta falta de coordinación entre los tres aeropuertos vascos. Y la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, reiteró ayer una reclamación histórica al Ejecutivo central. «Un aeropuerto, tres terminales», pidió. Es decir, que Loiu, Foronda y Hondarribia se complementen y funcionen de manera coordinada, sin competir entre ellos y apoyándose cuando haga falta.
El planteamiento teórico ya procede de la pasada legislatura, pero no parece haber dado grandes frutos a lo largo de todo este tiempo porque nada ha cambiado. También es cierto que para muchos expertos en gestión aeroportuaria se trata de una pretensión algo rara porque estamos ante tres instalaciones muy diferentes y separadas entre sí. Además, no hay que olvidar que el papel que juega cada una de ellas en la actualidad viene determinado por pugnas territoriales -esencialmente, entre Bizkaia y Álava- que han terminado potenciando la terminal vizcaína y relegando Foronda prácticamente al tráfico de mercancías. Prueba de las sensibilidades localistas que despierta el asunto fue la polémica desatada hace menos de dos años, cuando el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, apoyó que la terminal alavesa recibiese vuelos transoceánicos al tener unas condiciones más idóneas que Loiu para ello.
En cualquier caso, la propia consejera apuntó ayer la que puede considerarse una opción intermedia entre lo que ahora ocurre y la pretensión maximalista de 'un aeropuerto, tres terminales'. Pasaría por aumentar el horario de la instalación alavesa, lo que la haría más atractiva para el tráfico de pasajeros.
Hay que tener en cuenta que cuando un vuelo no puede aterrizar en Loiu y se vuelve a Barcelona, o a Madrid, o se va a Biarritz, uno de los argumentos que esgrimen las aerolíneas para despreciar Foronda es su horario: sólo abre por la noche y durante ciertas horas limitadas a lo largo del día. Así que no lo pueden tener en cuenta en sus planes de vuelo para atender imprevistos. Algo que cambiaría si volviese a tener la categoría de H24 que perdió en 2012. Es decir, abierto las 24 horas del día.
Las administraciones alavesas y el Ejecutivo de Lakua llevan años reclamándoselo a Madrid, pero siempre reciben la misma respuesta de Fomento y de Aena: si hay aerolíneas interesadas en operar en Foronda, se abrirán 'ventanas' horarias cuando sea necesario para ellas. Pero tener operativa una instalación vacía es demasiado caro. El problema, replican las administraciones vascas, es que cuando se negocia con una compañía su implantación en una infraestructura, la empresa pide cierta flexibilidad. Cierto margen. Y quedarse limitada a entrar o salir en una estrecha franja temporal no les resulta atractivo. Así que no vienen. En definitiva, que no hay H24 porque no hay demanda, y no hay demanda porque no hay H24.
4,97 millones de usuarios tuvo el aeropuerto de Loiu durante el año pasado, lo que supone un 8,4% más que el ejercicio anterior.
84.261 pasajeros tuvo Foronda el año pasado, gracias a las cuatro rutas regulares de Ryanair, tras empezar a operar allí en marzo de 2017.
Huelga en Lufthansa La aerolínea germana Lufthansa cancelará hoy más de 800 vuelos, la mitad de los previstos, por la huelga de personal en cuatro aeropuerto; entre ellos, Fráncfort y Munich, con los que Loiu tiene conexiones.
Pero el aeropuerto alavés «tiene potencial», de modo que Arantxa Tapia volvió a la carga y reiteró ayer su petición a Madrid para que «dé pasos» hacia una apertura ininterrumpida. Mientras, la parlamentaria de EH Bildu Miren Larrion, reclamó al Gobierno vasco más presión sobre el Ejecutivo central para asumir las competencias en gestión aeroportuaria y que las decisiones se tomen directamente en Euskadi; en este sentido, presentó una pregunta en el Parlamento vasco para el consejero Josu Erkoreka. Y el teniente de alcalde donostiarra, Ernesto Gasco, desafiando localismos, apostó por darle más protagonismo a Foronda como «un aeropuerto de garantía para el conjunto de los territorios», dijo en una entrevista radiofónica en la cadena 'Ser'.
Así, la situación aeroportuaria parece resucitar en la agenda política. Aunque para tener una visión panorámica hay que recordar que con el H24 no se van a solucionar todos los problemas de Foronda. Si las aerolíneas no se desvían a Vitoria también es debido a que, al no operar allí de manera estable, no tienen servicios de asistencia en tierra -así que deben contratar el 'handling', y eso es caro- y, además, luego deben levantar un avión vacío -y eso es una ruina-. Así que la solución sería que Foronda funcionase como Loiu, con aerolíneas operando de manera estable. Pero, ¿hay mercado para todos?
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