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Uno de los tatuajes de Zian Tattoo.
¿Qué se tatúan los vascos?

¿Qué se tatúan los vascos?

El nombre de los hijos, el eguzkilore, diseños maoríes... son la última moda en tatuajes, que ya no se esconden y asoman por el cuello y los muslos

Iera Agote

Lunes, 19 de octubre 2015, 17:04

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Por cultura, estética, religión, amor o moda. Cada persona tiene una razón diferente por la que hacerse un tatuaje. No es una práctica nueva. Se viene haciendo desde hace más de 5.000 años, pero que con el paso del tiempo ha ido evolucionando y cambiando de significado. Los dibujos sobre la piel no parecen pasar nunca de moda y dentro de nada habrá muchos más porque el otoño es la mejor época para hacerse un tatuaje. «No deja de ser una herida en la piel y precisa estar alejada del contacto con el sol, la playa y el cloro de la piscina para su perfecta curación», explican los profesionales consultados. Y a ellos, ¿qué les piden... y dónde?

Los vitorianos Ion Zian, de Zian Tattoo, y Mario García, tatuador de Tattooarte, y los bilbaínos Ángel Villaverde, de Tatuajes Ángel, y Unai Ibáñez, del bilbaíno Tatoo Adicts, coinciden en las respuestas. «Ahora lo que más se lleva son los tatuajes maoríes, aunque los japoneses y los realistas también son muy demandados», apunta García. «Los tribales, en cambio, ya son cosa del pasado».

Para entender los tatuajes maoríes hay que remontarse muchos años atrás. Son una etnia originaria de la Polinesia que se establecieron como primeros pobladores de las islas hoy conocidas como Nueva Zelanda en fechas sin concretar, entre los años 800 y 1300. Se tatuaban desde bien pequeños y, con los años, iban perfeccionando los dibujos. Cuantos más tatuajes lucieran sus cuerpos, mayor respeto se les debía o mayor era su poder dentro de la comunidad. Los diseños geométricos que son tan característicos les conferían una imagen de poder y fuerza, un recurso para imponer respeto y miedo a otras tribus. Aunque no se tenga certeza de los significados de los dibujos, muchos optan por estos diseños porque aportan «una imagen moderna y elegante».

Dibujos de significado desconocido... y todo lo contrario porque asegura Zian que «cada vez están más solicitados los nombres propios», especialmente los de los hijos. «Al mes puedo llegar a tatuar veinte nombres». Las aficiones son también fuente de inspiración. «Ahora un aficionado de la bicicleta viene y te pide tatuarse una bici, una imagen que le define a través de un hobby. Antes, el abanico de opciones no era tan amplio, no existía Google con millones de ideas», reflexiona Villaverde. «Aficiones, nombres de familiares, deseos, metas, objetivos cumplidos e ilusiones», enumera Ibáñez... y un clásico en Bilbao que nunca pasa de moda: el Athletic. Unai recuerda a un joven al que tatuó una cabeza de león cubriendo toda la espalda. Las chicas, sin embargo, muestran menos furor rojiblanco y prefieren otros símbolos vascos, como el eguzkilore. El lauburu no distingue género y triunfa igualmente entre los hombres y las mujeres.

Ya está visto el qué, así que busquemos ahora el dónde. Porque las partes del cuerpo preferidas para tatuarse también han ido sufriendo modificaciones con el tiempo. «Aunque los brazos nunca pasan de moda, los muslos son uno de los lugares más solicitados ahora», asegura Mario. «Los que optan por los dibujos más pequeños y escondidos se decantan por las costillas o la nuca», explica Zian. Lo que todos han podido comprobar en el trabajo diario en sus locales es que los vascos han dejado de esconder la tinta bajo la ropa. Antes los omoplatos era el lugar más demandado, junto con el final de la espalda. Ahora, los dibujos asoman también sin pudor por el cuello, los brazos, las piernas o las manos.

Cristina Cifuentes tiene cinco

«Se ha perdido el miedo al tatuaje. Se ven a diario en la televisión, en las fotos de sus cantantes favoritos o de actores, en deportistas de élite y hasta en políticos», apunta el ilustrador de Tattoo Adicts. Confirma la tesis Villaverde: «Hoy en día los tatuajes ya no suponen una imagen transgresora y moderna, sino que se asocian también a una estética más clásica, como la de Cristina Cifuentes (PP)». Y es que la presidenta de la Comunidad de Madrid tiene cinco símbolos grabados en su piel: letras chinas en la muñeca, un tribal, una rosa, un sol y una estrella.

Los precios de los tatoos varían según el tamaño. En Zian Tattoo, por ejemplo, el más pequeño sale por «50 euros, que sería lo que cuesta el material y la mano de obra. De ahí para arriba, lo que cada uno se quiera gastar». Y es que la complejidad de algunos es tal que les lleva hasta diez sesiones de trabajo.

Modas al margen, en lo que coinciden los especialistas es en que «hay que elegir un tatuaje que te guste y del que estés realmente seguro». «Cada vez hay más gente que viene con una foto del tatuaje del famoso de turno y te pide uno igual. Ante estos casos solemos tener una charla con el cliente y le explicamos que un tatuaje es para siempre, y que lo que hoy es moda, el día de mañana puede que no te guste nada». Zian lo tiene claro: «Lo mejor es hacerse un tatoo con un significado especial».

Pero al igual que crece la demanda, proliferan los tatuadores, y los expertos recomiendan poner cierta atención a la hora de elegir el local al que acudir. «Hay que tener cuidado, porque en muchos casos un tatuaje más barato puede no reunir las condiciones higiénicas necesarias o estar hecho por manos inexpertas», alerta Ibáñez, quien aconseja no dejarse llevar por seductores descuentos. Mario, desde Vitoria, añade un consejo fundamental para el que vaya a tatuarse por primera vez: «Hay que ir tranquilo, sin haber bebido alcohol ni tomado drogas por lo menos desde 24 horas antes, relajarse y disfrutar».

Disfrutar... ese es el objetivo, que Ángel define de forma muy poética: «Hay heridas, arrugas y cicatrices que no quieres en tu piel, pero que ahí están. Lo que te tatúas es algo que, por fin, está en tu piel por elección».

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