Gunilla vende por 50 millones su 'casoplón' marbellí

El caso es que hace ya dos años que la condesa alemana, abanderada de la jet marbellí durante más de una década, está tratando de deshacerse de la casa sin éxito.

Si alguien está pensando en cambiar de casa, o en invertir en una segunda vivienda a la que poder escaparse en verano, debería saber que la casa, 2.700 metros cuadrados de terreno construido, está situada a diez kilómetros de Marbella, en la localidad de Istán; que además de un montón de dormitorios con su correspondiente baño y saloncito de estar, dispone de una biblioteca bien dotada, una sala de cine descomunal con bar incluido por si a uno de entra sed a mitad de la película y, por supuesto, salones y terrazas de verano e invierno, cocina preparada como para dar una boda y casita de invitados, además de helipuerto por uno anda con prisas y prefiere llegar por el aire.

Además, en el caso de que el nuevo dueño (o cualquiera de sus invitados) prefiera ir en coche, Villa Sagitario dispone de aparcamiento cubierto con acceso desde la casa principal en la que caben hasta ocho vehículos.

Mucho dinero

La inmobiliaria encargada de tramitar la venta de Villa Sagitario reconoce que está siendo complicado encontrarle un nuevo dueño porque la aristócrata pide mucho dinero (según ha publicado Vanitatis apenas ha ido a visitarla media docena de personas en este tiempo), pero Gunilla no parece dispuesta a bajarlo.

Y es que las razones de la venta no tienen que ver con problemas económicos. Gunilla heredó de su madre, Ann-Mari Tengbom, la guapísima sueca que le robó el corazón al príncipe Otto Christian von Bismarck, por lo que la decisión de dejar la casa en la que ha pasado buena parte de las últimas décadas no tienen nada que ver con la falta de dinero. La condesa ha contado que Villa Sagitario es demasiado grande ahora que las visitas no son tan numerosas y que las fiestas hasta el amanecer se suceden muy de cuando en cuando.

Además, dicen, el casoplón está algo lejos del centro y su hijo Francisco, que vive en Estados Unidos desde hace ya un tiempo, cada vez pasa menos temporadas en España.

La idea, aseguran fuentes cercanas a ella y a su exmarido (con el que convive felizmente desde que se separaron), es comprar una casa más pequeña para poder volver a Marbella siempre quieran, aunque hace tiempo que han confesado que, para ellos, las cosas ya son como eran. «Ahora hay gente muy guapa, pero no tienen ese carisma», ha dicho la condesa.