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a. corbillón
Miércoles, 3 de junio 2015, 00:15
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Los baños de Giorgio Armani en Baleares son como el posado de Ana Obregón: un clásico. El diseñador italiano lleva la mitad de sus 80 años visitando el archipiélago, donde suele lucir un espectacular bronceado en su muy bien conservado armazón octogenario, apenas disimulado por bañadores lo más breves posible. En esta ocasión, su tono resaltaba aún más por el color blanco de su pieza. Al menos y de momento ha sido más discreto que en 2010, cuando los fotógrafos mostraron al mundo sus nalgas, mientras se cambiaba el tanga mojado sin tomar precauciones.
El Main, yate del empresario, está a la altura de su imperio, valorado en 7.000 millones de euros. Desde el pasado 30 de mayo sus más de 50 metros no tienen competencia en los pantalanes de Dalt Vila, en la parte vieja de Ibiza, a pesar de que está fondeado junto al Regina dItalia de Dolce Gabbana. Al igual que compiten en las pasarelas, los diseñadores también suelen rivalizar en la puesta de largo de los lujos a su alcance.
Giorgio ha llegado con su habitual compañía de jóvenes y musculados chicos para estrenar, con la llegada de junio, la apertura de las discotecas que han convertido a Ibiza en la capital de la noche. Pero antes, Armani no ha desaprovechado los generosos rayos ultravioleta de las arenas de Formentera, donde se dejó ver muy relajado mientras leía la prensa y se comía un melocotón.
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