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Pablo Iglesias y Alberto Garzón durante un acto electoral de Unidos Podemos en Barcelona.
Unidos Podemos barre en la batalla por el último escaño

Unidos Podemos barre en la batalla por el último escaño

El sondeo del CIS señala que la alianza de Iglesias y Garzón incrementaría su número de diputados en 19 provincias y no perdería ninguno

Ramón Gorriarán

Domingo, 12 de junio 2016, 02:25

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La alianza de Pablo Iglesias y Alberto Garzón permitiría a Unidos Podemos aumentar sus escaños en 19 provincias, y en cinco de ellas pasar de no tener a tener un diputado. La suma de fuerzas, según el último sondeo del CIS, coloca a la coalición en la mejor posición para alzarse con el último parlamentario en la gran mayoría de las circunscripciones en las este que se asignó por pocos votos el pasado 20 de diciembre. Todas las demás formaciones perderían sus últimos escaños porque el PP mejora su representación en siete provincias pero la empeora en nueve; al igual que Ciudadanos que sube en cuatro y baja en seis. La peor parte se la lleva el PSOE, que pierde presencia parlamentaria en 13 y solo mejora en una.

Los expertos sostienen que las elecciones del 26 de junio se van a decidir en una docena de circunscripciones y por puñados de votos en cada una de ellas. El exministro Josep Piqué, por ejemplo, señaló el viernes que el resultado de los comicios «dependerá de la suerte en los rebotes, de cómo se repartan los restos porque pequeñas modificaciones pueden cambiar el resultado en diez diputados arriba o abajo». El sondeo preelectoral del CIS publicado el pasado jueves confirma punto por punto esa tesis y el gran beneficiado resulta ser Unidos Podemos. La incorporación de Izquierda Unida a las candidaturas del partido que lidera Pablo Iglesias ha dado a esa alianza una potencia electoral igual o superior a la suma de los votos de ambas fuerzas por separado.

La alianza ganaría, de acuerdo a ese estudio, representación parlamentaria en 19 provincias. Es la única fuerza además que incrementaría en dos escaños su presencia en un territorio porque la lista de En Comú Podem por Barcelona pasaría de nueve a once diputados. En el resto, tanto para Unidos Podemos como para el resto de fuerzas políticas, las ganancias o las pérdidas se limitan a un legislador arriba o abajo por circunscripción.

En seis territorios donde carecía de representación -Palencia, Guadalajara, Segovia, Salamanca, Albacete y Jaén- alcanzaría su primer escaño, mientras que en el resto reforzaría su presencia. La alianza Unidos Podemos no es, sin embargo, tan halagüeña para Izquierda Unida como decían en Podemos al sellar el acuerdo, al menos según el CIS. Las previsiones eran que IU obtendría en torno a una docena de escaños, pero, conforme al sondeo, se quedaría en ocho. Dos por Madrid, que ya tenía, y uno por Sevilla, Málaga, Álava, Guipúzcoa, Palencia y Córdoba.

La coalición engordaría a costa de PSOE y PP en aquellos lugares donde los dos partidos tradicionales se llevaron el último escaño. Arrebataría siete diputados a los socialistas y seis a los populares. Además se quedaría con cuatro de Ciudadanos, uno del PNV y otro de Esquerra Republicana de Catalunya.

Las balanzas

El gran proveedor de diputados a Unidos Podemos sería el PSOE que perdería representantes en 13 circunscripciones, con agujeros notables en el País Vasco, Andalucía y Castilla y León. En sentido contrario, los socialistas solo ganarían un escaño en Málaga a costa de Ciudadanos. Además del trasvase a la alianza de la izquierda en siete territorios, el PSOE cedería representantes al PP en cinco provincias y en una a Ciudadanos.

Los populares presentan una balanza más equilibrada porque si bien verían volar legisladores en nueve circunscripciones, los equilibrarían en parte con los que ganarían en siete. Además de los seis que se irían a Unidos Podemos, otros tres caerían en el zurrón de Ciudadanos.

También Ciudadanos compensaría con nuevos representantes en cuatro territorios las pérdidas que registraría en seis, uno de ellos es León, que elegirá un diputado menos el 26 de junio y el último el 20 de diciembre cayó del lado del partido de Albert Rivera. Las pérdidas del partido naranja fueron fagocitadas por Unidos Podemos, salvo un diputado que iría a parar a los socialistas.

En el PSOE, 24 horas después de publicado el estudio preelectoral que oscureció aún mas sus perspectivas, el enfado no había disminuido con el CIS. El portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, señaló que la distribución de escaños del instituto demoscópico oficial era, por lo menos, «dudosa». Confió, de todas maneras, en revertir la situación con el voto de los indecisos porque «casi tres millones» de electores dudan sobre si votar al PSOE. Más rotundo se mostró el presidente del Congreso y diputado por Vizcaya, Patxi López, quien sostuvo que la encuesta es «tan irreal que no se la cree nadie». El CIS apunta a que López perderá su escaño.

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