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Leire Barañano, directora de Neiker, rodeada de semillas de patata de siembra en un invernadero controlado en la sede de Arkaute.
Euskadi se sitúa a la vanguardia en la innovación para el sector primario

Euskadi se sitúa a la vanguardia en la innovación para el sector primario

Neiker, el instituto vasco de investigación y desarrollo agrario, factura casi 12 millones de euros y da empleo a 180 profesionales entre Arkaute y Zamudio

Juan Carlos Berdonces

Lunes, 19 de junio 2017, 01:00

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En Arkaute, cerca de la academia de la Ertzaintza, está uno de los dos centros de investigación y desarrollo agrario que Neiker tiene en Euskadi; el otro está en el Parque Tecnológico de Zamudio. Entre ambos, 180 profesionales algunos de ellos altamente cualificados como biólogos, químicos, veterinarios, ingenieros o matemáticos trabajan en la mejora competitiva del sector primario vasco mediante una clara apuesta por la I+D+i. La innovación le ha servido para ser un punto de referencia para el proyecto europeo Life, dedicado a la protección del medio ambiente y para que compañías no sólo del Viejo Continente, sino también de Argentina o Chile, se hayan fijado en la tecnología de vanguardia de Neiker, un centro puntero en el norte de España.

Su volumen de facturación anual ronda los 12 millones de euros y las expectativas son de crecimiento de en torno a un 12% en el horizonte de 2020. «Buscamos la excelencia científico-tecnológica siempre con la premisa de acompañar a nuestro sector agroalimentario que es, además de la agricultura y la ganadería, también la línea forestal, que genera 7.000 empleos en Euskadi», destaca la directora del instituto de investigación, Leire Barañano.

La repercusión en el Producto Interior Bruto (PIB) vasco «que tiene toda la cadena de valor agroalimentaria producción, transformación, distribución y comercialización asciende al 10,6% y hablamos de que unos 96.500 puestos de trabajo están, de una manera u otra, vinculados al sector, añade la responsable de esta entidad pública dependiente del Gobierno de Lakua.

Una docena de patentes

Con la decidida apuesta por la innovación que tienen en Neiker-Tecnalia persiguen la mayor eficiencia posible «de nuestro sector primario» mediante nuevas técnicas de cultivo, la mejora genética o la detección de enfermedades en explotaciones agrícolas y ganaderas «que pueden derivar en peores cosechas o en un menor rendimiento» en la producción de leche o de carne.

«Y la otra gran línea de trabajo que tenemos es intentar dar valor añadido a nuestras empresas, que sobre todo son pymes, con nuevas variedades o cultivos alternativos», plantea Barañano. Porque, además, el consumidor «cada vez busca más productos naturales y esta tendencia que está en el mercado la tenemos que aplicar» desde el campo y las explotaciones agrarias.

El complejo que ahora acoge este Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker fue creado por las Juntas Generales de Álava en 1951, en lo que se conoce como la Granja Modelo de Arkaute en la sede vizcaína de Zamudio están los laboratorios de sanidad animal y de medio ambiente. Su desarrollo ha sido progresivo con el paso de los años y ahora tiene «alrededor de una docena de patentes registradas» entre variedades vegetales y forestales, «pero también de desarrollo de aplicaciones».

330 variedades de patata registradas en la sede de Arkaute

  • El mayor banco de semillas de patata que se conoce está en el centro que Neiker-Tecnalia tiene en Arkaute. 330 variedades entre las propias registradas por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario y otras procedentes de Europa o Sudamérica los investigadores se trajeron en su momento 37 variedades exóticas de Perú.

  • Este cultivo del tubérculo llegó antes a Bizkaia y Gipuzkoa, en el año 1772, que a Álava, un lustro más tarde (1777). Entonces empezó a sembrarse en los caseríos del territorio. Y cuatro décadas después, en 1817, la Diputación foral acordó «la obligatoriedad de su cultivo», orden de la que parte la tradición patatera de Álava.

  • Ahora Neiker desarrolla también clones de patata morada o roja, que incorporan unos pigmentos considerados beneficiosos para la salud. Mejoradas genéticamente, contienen minerales y fitoquímicos que ayudan a proteger las células del daño que generan los procesos de cáncer.

Distribuidor de McDonalds

Es evidente que estas licencias o marcas en exclusiva «generan una repercusión económica, pero sobre todo buscamos con ello ayudar al sector primario a ser más competitivos, siempre respetando el medio ambiente». Y también contribuyen a que la repercusión de «nuestro trabajo sea mayor», sobre todo con hitos como haber cedido hasta 2030 los derechos de explotación de una variedad de patata a una empresa que distribuye a McDonalds.

Además de las múltiples variedades de patatas cultivadas incluso sin uso de tierra y en un entorno aéreo, lo que se conoce como aeroponía, el instituto trabaja en la recuperación de dos tipos de alubia una tolosana y otra alavesa ante el riesgo de que desapareciesen. También en variedades de manzana (14 en total), de maíz (cuatro) y de tomate, «en este caso directamente con productores locales y distribuidores», añade Leire Barañano, que asumió en febrero la dirección de Neiker tras su paso por Azti, el centro tecnológico especializado en innovación marina y alimentaria.

Las granjas experimentales de Arkaute para ensayos de producción con riego, Gauna cultivo extensivo sin riego e Iturrieta finca en altura, a mil metros, donde hay menos riesgo de enfermedad para la semilla de siembra complementan la estructura de Neiker-Tecnalia en Álava.

El centro, asimismo, apuesta por liderar un proyecto de bioeconomía forestal y alimentaria «para sustituir elementos químicos por productos biológicos», lo que también repercutirá en un ahorro de dinero, resume Barañano.

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