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Euskadi busca El Dorado en Estados Unidos

Euskadi busca El Dorado en Estados Unidos

Las firmas vascas ven en ese país el crecimiento y la seguridad jurídica que no hay en otras partes del planeta

Luis López

Domingo, 26 de junio 2016, 02:37

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Las relaciones de Euskadi con Estados Unidos vienen de lejos. Son incluso anteriores al momento en el que el gran imperio del mundo actual fuese declarado país independiente. De hecho, la secesión de la metrópoli, Gran Bretaña, a finales del siglo XVIII, fue en cierta medida impulsada por un señor de Bilbao. Se llamaba Diego de Gardoqui, un industrial vasco que sabía inglés, y sus envíos de armas y dinero fueron determinantes para la victoria en Saratoga. Acabó siendo vecino de George Washington y acudió en primera fila a su toma de posesión como primer presidente del que, hoy por hoy, es el país más poderoso del planeta. Pocos norteamericanos conocerán esta historia, y menos aún sabrán señalar sobre un mapa dónde se encuentra el País Vasco. Algunos lo ubicarán en algún rincón de México.

Ahora, las empresas vascas vuelven la mirada hacia EE UU porque en un mundo tan revuelto, donde todo son incertidumbres en China, en los emergentes, en el Golfo Pérsico..., la superpotencia norteamericana ofrece una previsión de crecimiento estable y sostenido, y una seguridad jurídica de la que sólo disponen las potencias desarrolladas. En fin, que es un buen sitio para hacer negocios. Una especie de El Dorado moderno. Aunque este sí que existe.

Con el fin de ganar presencia en EE UU, esta semana que viene Euskadi será protagonista en el Smithsonian Folklife Festival, evento anual que se desarrolla en el National Mall de Washington. El acontecimiento, impulsado por el Gobierno vasco y las tres diputaciones, pretende dar a conocer la cultura de la comunidad autónoma en todas sus formas y, de manera paralela, desarrollar una agenda económica que permita abrir las puertas del imperio a las empresas vascas.

En realidad, esas puertas ya están abiertas. Se trata de empujarlas un poco más. Estados Unidos es el tercer destino de las exportaciones vascas sólo por detrás de Francia y Alemania, y Euskadi es la comunidad autónoma española con más inversión en el país de Obama. En buena medida, por el impulso de dos gigantes como son Iberdrola y BBVA. Según datos del Gobierno de Vitoria, 75 firmas vascas tienen presencia en este país, y suman un total de 93 implantaciones: hay 49 oficinas comerciales, 35 instalaciones productivas y 9 empresas prestan diferentes servicios allí.

Dos ciclos distintos

«EE UU es un destino de primera magnitud para las empresas vascas», subraya Pablo Martín desde el departamento Económico y Fiscal de Confebask. Es tan importante porque junto con el resto de estados del área NAFTA México y Canadá da entrada a un mercado de 467 millones de personas que demandan todo tipo de bienes y servicios. Pero también es una plaza interesante porque «se trata de un país extracomunitario, lo que nos permite poner los huevos en distintas cestas». Es decir, en muchas ocasiones los ciclos económicos discurren en direcciones opuestas, así que cuando Europa va mal, los socios americanos van bien. De modo que teniendo presencia a ambos lados del Atlántico «la situación se compensa».

Desde Confebask también apuntan a dos activos fundamentales que ofrece EE UU; primero, unas «tasas de crecimiento» que, sin ser «explosivas», están por encima de las europeas y que todo apunta a que se mantendrán estables en los próximos años. Y, en segundo lugar, la patronal vasca valora mucho la «seguridad jurídica» que los empresarios encuentran en el país de las barras y las estrellas. Se trata de «un entorno comparable al que estamos acostumbrados aquí», dice Martín.

Ante semejante panorama no es extraño que el magnetismo de EE UU vaya en aumento. «El interés de las empresas vascas en ese país ha aumentado en los últimos dos años», asegura Miren Madinabeitia, directora de internacionalización de la Spri. Y añade como atractivo adicional el hecho de allí se encuentren las sedes de organismos multilaterales de la entidad de la ONU o el Banco Mundial o el FMI, «que promueven actividades a nivel mundial en ámbitos como las infraestructuras que son muy importantes para nuestras empresas».

Un escaparate en el mismo centro del mundo

  • Euskadi va a utilizar el National Mall de Washington, el rincón más emblemático de EE UU junto al capitolio y la Casa Blanca, como plataforma para ganar influencia en el último imperio. Su participación en el Smithsonian Folklife Festival bajo el título Basque Innovation by Culture pretende poner de relieve que es posible hacerse con un hueco en el futuro manteniendo las raíces. El acontecimiento, que se celebrará desde el 29 de junio al 4 de julio, y del 7 al 10 de julio, tiene dos dimensiones

  • La primera se desarrollará esencialmente en el Mall, donde se instalará un frontón, se recreará un baserri, habrá danzas, bertsos, gastronomía, música, deporte rural, clases de euskera... Se prevé que un millón de personas pasen por ahí, y el evento llegará a un total de cuarenta millones por distintos medios no presenciales. De manera paralela se desarrollará una agenda económica en la que participarán cuarenta relevantes empresas vascas que viajarán también a Connecticut, Houston o Winsconsin para tener un conocimiento directo del sector energético; y en Washington habrá un jornada el próximo jueves en la que Euskadi dará a conocer su industria, su experiencia histórica y su potencial de futuro.

El problema principal, admiten desde Confebask, es que muy a menudo el tamaño de las firmas vascas no es suficiente como para entrar en un mercado tan inmenso y competitivo. Y es aquí donde adquieren importancia gigantes como Iberdrola, con una enorme capacidad tractora, a cuyo rebufo han llegado a EE UU un buen número de empresas vinculadas al sector energético.

En varios estados

Gracias al trabajo de años, las firmas vascas han logrado hacerse un hueco en distintos sectores y en diferentes estados que se aprecia a las claras en los datos de maneja la Spri. Desde las implantaciones n Texas de quienes se dedican al sector oil&gas tubos, válvulas, juntas, ingeniería... como Tubacex o Tubos Reunidos; hasta las de automoción y máquina-herramienta que están en Michigan e Illinois por ejemplo, Danobat o Fagor; o las múltiples oficinas de representación industrial en el estado de Nueva York.

Por último, Madinabeitia apunta que una posible aprobación del tratado de libre comercio (TTIP) entre EE UU y la UE aumentará aún más el atractivo del país americano para hacer negocios.

Pero, como siempre, hay un punto de notable incertidumbre en el futuro: se llama Donald Trump. El magnate populista amenaza con políticas más proteccionistas, con defender el Made in USA a capa y espada. Y limitar de ese modo la competencia tendría, evidentemente, efectos nocivos sobre las empresas extranjeras implantadas allí. Desde Euskadi se mira ese escenario con cierta lejanía. Hay que esperar. Además, no son pocos los que piensan que si el próximo presidente de la primera potencia planetaria fuese Trump, el menor de los problemas al que se enfrentaría la estabilidad mundial sería un excesivo proteccionismo en lo económico.

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