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El lehendakari, Iñigo Urkullu, durante un pleno en el Parlamento vasco.
El Gobierno vasco sólo podrá aumentar su deuda en 195 millones el próximo año

El Gobierno vasco sólo podrá aumentar su deuda en 195 millones el próximo año

Las limitaciones al déficit público complicarán la política de gasto del gabinete de Iñigo Urkullu en 2016

Manu Alvarez

Lunes, 27 de julio 2015, 01:56

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En plena fase de recuperación económica el capítulo de ingresos de los presupuestos públicos es una especie de acordeón. De un lado, se ensanchan. Lo hacen por el lado de la recaudación de impuestos debido a la lógica de que a mayor actividad le sigue un aumento de la recaudación fiscal. Pero hay otro lado por el que se estrecha, debido a los compromisos que existen para reducir el déficit público y respetar eso que se llama la senda de reequilibrio. O, dicho de otro modo, poner freno a los excesos del pasado. Así las cosas, el Gobierno vasco tan sólo podrá aumentar su deuda en 195 millones de euros durante el año 2016 para tapar el agujero de su déficit, frente a los 455 que tiene autorizados este año o los 635 millones que pudo utilizar en 2014.

Es pronto aún para saber si el Presupuesto del Gobierno vasco de 2016 recogerá o no un aumento significativo del gasto público. Dependerá de la estimación de crecimiento de los impuestos, un cálculo que las haciendas forales no hacen oficial hasta mediados de octubre. Y antes de sacar la bola de cristal sobre lo que va a suceder el próximo año, las diputaciones deben tener claro como se cerrará éste, porque hay bastantes luces pero también algunas sombras. El diputado general de Bizkaia, Unai Rementaria, ya ha mostrado su preocupación porque la recuperación de la economía en este territorio no va todo lo bien que se esperaba y aparentemente está perdiendo el tren de la reactivación de otros territorios. De momento Rementeria sólo ha esbozado un temor. Si se confirma, será necesario que realice también un análisis para explicar las razones.

Pero hasta que llegue ese momento, la senda de la deuda está más clara. En la actualidad, la Administración vasca mantiene una deuda de 9.542 millones de euros, según los datos proporcionados por el Banco de España al cierre del primer trimestre. La lógica apunta a que terminará el año por debajo de esa cifra, en el entorno de los 9.370 millones, porque el Gobierno vasco ha adelantado al primer trimestre emisiones de deuda, quizá ante el temor de que el conflicto griego provocase un aumento desmedido de los tipos de interés. En los próximos meses, por tanto, lo que se registrará será una reducción, fruto de la amortización de emisiones realizadas en el pasado.

En el país de los ciegos, el tuerto es el amo. Por ello, en medio de un panorama en el que el recurso a la deuda ha sido una especie de festival sin fin para evitar más recortes en el gasto público, el País Vasco mantiene una posición privilegiada. Al menos en lo que respecta a la relación entre la deuda y el PIB. Esto es, entre lo que se ha pedido prestado y aún no se ha devuelto y la riqueza anual que genera el territorio. De acuerdo a los datos de finales de marzo, la Administración vasca debe el 14,7% de su PIB anual, lo que le sitúa entre las tasas más bajas entre las comunidades autónomas de España. Tan sólo presenta una fotografía de menor deuda relativa Madrid, con el 13,2% y Canarias, con el 14,5%. A muchas leguas está el 37,5% de Valencia o el 32,2% de Cataluña.

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