Regalos que dejan huella

El broche con la hoja del elorri y el colgante de plata de la estela de Argiñeta diseñados por Salazar, y el juego de dados para contar historias creado por Formentí se podrán adquirir en la Oficina de Turismo, así como en algunos establecimientos comerciales. «No ha sido nada fácil elegir entre los dieciséis trabajos presentados. Finalmente hemos seleccionado tres, porque creemos que por su tamaño y su fácil uso, formarán parte de la vida diaria de nuestros turistas», indicó la alcaldesa, Idoia Buruaga.

Salazar considera que al haber nacido en Elorrio contaba con «más posibilidades de ganar». Ella conoce de cerca cuáles son los rasgos más identificativos de su pueblo y presentó tres proyectos diferentes al certamen. Dos de ellos han sido los más votados, tanto por los vecinos como por el jurado. «Es un honor y una alegría muy grande que mis trabajos sean el souvenir de mi pueblo», aseguró tras conseguir el primer galardón de su carrera artesanal casi dos décadas.

La idea del colgante de plata con la imagen de una de las estelas más conocidas de Argiñeta «ya la tenía en mente». Considera que es un artículo «unisex», y «cómodo de llevar» al contar con un cordón de cuero. Además, como últimamente se ha familiarizado con el cobre, se ha valido de este material para crear dos broches, uno con la hoja y otro con las semillas de elorri.

«Un tesoro»

«El cobre le da un toque rústico muy acorde con lo que quiero transmitir», indicó la ganadora. Con el original juego Elorrio, un nido de cuentos, Silvia Formentí, oriunda de Badalona, ha cautivado al jurado. Compuesto por nueve dados de madera serigrafiados con 54 imágenes de la villa, el souvenir permitirá el turista recordar su experiencia y relatarla sin olvidar ningún detalle.

Además, el articulo está elaborado de un modo sostenible con materiales reutilizados y ensamblados de manera respetuosa con el medio ambiente. «Elorrio es un tesoro. Por ello, quería hacer un juego con imágenes para que la gente conociera su impresionante patrimonio. Adapté mi idea original a este juego de dados que sirve para construir historias», explicó la ingeniera química que trabaja en la baserri eskola ubicada en el barrio abadiñarra de Mendiola.