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Jon Rahm felicita a Dustin Johnson tras proclamarse vencedor.
Golf

Rahm conquista el planeta golf

El de Barrika obliga a Dustin Johnson a llegar al hoyo 18 para adjudicarse el Mundial Match Play y asciende al puesto 14 en el ranking mundial

JOSÉ MANUEL CORTIZAS

Sábado, 25 de marzo 2017, 17:41

Sólo dio muestras de sufrimiento, de sensaciones adversas, cuando pisó el tee de salida del primer hoyo del Austin Country Club ya como finalista. Hasta ese instante, Jon Rahm había emulado a cualquier super héroe de la Marvel eliminando a mandoblazo limpio a sus adversarios. Desde que se impuso en el cuarteto previo de clasificación, que incluía a su idolatrado Sergio García (Top 10 mundial), su listado de víctimas creció a ritmo bestial. Tanto, que en la semifinal con la que abrió ayer la jornada definitiva se citó por primera vez con las banderas a partir de la 15, inéditas en las eliminatorias previas, lo que da una idea de su voracidad. Al margen de lo que sucediera en el último pulso por el título, el de Barrika había conquistado el planeta golf. Otra vez.

El único escollo que se le resistió fue el del número 1 del mundo, precisamente el rival por el que había suspirado para la finalísima, al que llegó a dominar en el Mundial de México a falta de tres hoyos de la última jornada. La presión se cebó allí con el vizcaíno que acabó tercero y viendo cómo era Dustin Johnson el que levantaba el trofeo. De nuevo el peso de la responsabilidad, de verse en un lugar que le corresponde por derecho pero para el que aún mantiene su proceso de adaptación, le mostró una factura carísima. Aunque mantuvo el tipo en los dos primeros hoyos, los nervios comenzaron a traicionarle a partir del 3. Pudo influir que su rival fuera el primero de cuantos había tenido en Austin que aceptó jugar con sus mismas armas. Tanto que el estadounidense le igualaba en la longitud de los primeros golpes mediado el recorrido.

Cuenta pendiente desde México

  • No se cortó el golfista cuando fue preguntado por su apetencia de cara al oponente que quería para la final. Aún estaba en juego la otra semifinal Johnson-Tanihara, que se prolongó hasta el hoyo 18, cuando Jon Rahm reconoció preferir jugarse el título con el número 1 del ranking mundial. «Dustin Johnson me ganó en el Mundial de México y me gustaría tener la oportunidad de sacarme la espina», dijo. Desconocía el vizcaíno si la presión le iba a pesar en exceso y, desde luego, no se daba como favorito pese a la exhibición que acababa de culminar ante Bill Haas. «Creo que desde los cruces de octavos todos somos favoritos» explicó ante las cámaras de televisión, cuyo realizador incluyó en la señal internacional durante las pausas imágenes de la costa de Barrika documentando su procedencia.

Quizá por eso Rahm, sin apartarse de su camino, se escoró para buscar esos metros más. Hasta ese pulso máximo con el mejor jugador del mundo, su receta infalible incluía segundos golpes eficaces y manejo del putter con el tacto de un cirujano. Pero poco a poco la presión se cebó con su finura y las bolas se le fueron atragantando. Prologó el primer hoyo de ventaja para Johnson con una escapada a una zona muy sucia que estropeó con una mala lectura posterior en el green. Sólo era una renta mínima, pero nubló la seguridad con la que se había manejado en el campo texano.

Sin que nadie lo esperara, él quien menos, se había abierto la brecha. Cuatro hoyos cobrados consecutivamente por Dustin Johnson, a caballo entre los errores del de Barrika (con dos bogeys seguidos en el 3 y 4) y su sutileza para exprimir la debilidad ajena con birdies en el 5 y 6. Era un castigo excesivo el cuarto que mostraba el marcador del partido favorable al americano en sólo seis citas con las banderas. Suele suceder en estos casos que la suerte tampoco se alía con el que cede terreno. En el hoyo 5 el putt del vizcaíno tocó bandera para después fallar un golpe que con un palmo más hubiera concedido como hecho su rival. En el siguiente, Johnson se fue fuera de calle tras el manejo del drive, pero Rahm le siguió enviando la bola entre el público. Uno más tarde el de Columbia se iba larguísimo y fuera de green, pero el coaspirante se quedó corto en la misma proporción. Aunque embocó desde el rough Rahm, el putt de su oponente descansó en la cazoleta llorando.

La lucha titánica del vizcaíno tuvo premio mediado el recorrido. Tras ceder cinco hoyos recortó a tres en el 13. Y quiso más. Con un putt desde 10 metros para enmarcar en el 16 redujo la diferencia a la mínima expresión y obligó a Johnson a disputar hasta el 18 para hacerse con el título. Algo más de un millón de dólares y subir al decimocuarto puesto mundial fue su merecida recompensa.

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