Marina Alabau, número 1 de la calma

«Básicamente sigo con los 'entrenos' que he hecho hasta ahora, que sé que funciona. Estoy centrándome mucho en la técnica porque todavía tengo mucho que mejorar y muchos fallitos. Estoy trabajando con un entrenador nuevo y me está ayudando mucho en pulirlos porque para Londres iba bastante bien, era la favorita, la más rápida del mundo, navegando bien y a día de hoy no me veo así», avisa la sevillana sobre su año. «Físicamente me encuentro mejor que nunca y no gano regatas, cuando antes no estaba tan bien y las ganaba», reconoce al analizar su vuelta a la competición después de dar a luz en 2013.

«El RS:X es una clase que es relativamente nueva, son sus terceros Juegos Olímpicos y cuando cambian una tabla las más habilidosas se adaptan mejor. Cuando una clase ya es antigua todos los entrenadores conocen los truquitos», revela con estoicismo. «Entre que yo he perdido un poquito y que el nivel ha subido muchísimo... Blanca (Manchón) y yo seguimos al mismo nivel. Y ella no ha sido madre ni ha parado de entrenar, pero éramos de las mejores del mundo la temporada anterior, fuimos campeonas de Europa y del mundo. Y en este ciclo olímpico yo quedé segunda en el Mundial, pero aparte de eso nada. Estamos entre la décima y la quinta todo al tiempo y antes estábamos entre las tres primeras», confiesa sobre las opciones de repetir un oro olímpico en Río. El Mundial tampoco le provoca insomnio. «La verdad es que es el único que no es importante del año. El objetivo son los Juegos Olímpicos y este Mundial es un campeonato más dentro de la temporada, pero para nada es el objetivo. Ni siquiera se coge beca con el resultado, así que no es importante para nada», desvelaba antes de viajar a Israel.

A pesar de moverse con sosiego, el camino no ha sido tan sencillo en los últimos tiempos para Alabau. «Ha habido muchísimos recortes. Yo he tenido la suerte de tener patrocinadores privados y he podido seguir con mi programación pero sí que hemos tenido que poner mucho dinero de nuestro bolsillo los regatistas», recuerda la andaluza, cuyo equipo mínimo para competir durante un año cuesta unos 12.000 euros. También estuvo a punto de cambiar de modalidad cuando el RS:X desapareció en un borrador de los Juegos y por un tiempo consideró cambiar de especialidad para extender su experiencia olímpica con la modalidad de carreras del 'kitesurf'. «Me hacía ilusión navegar en 'kite' pero no hubiera sido tan fácil porque me he permitido el lujo de ser madre y si hubiera sido el 'kite' olímpico no sé en qué situación estaría ahora mismo», revela con la cometa guardada a unos pasos de su vecina Gisela Pulido, estrella de las piruetas.

Las incógnitas mentales no restaron un ápice de tranquilidad a Alabau, pero tampoco las deportivas. España cuenta con una plaza para los Juegos Olímpicos y ella debió competir contra la sevillana Blanca Manchón en regatas diferentes. Ganó Marina a principios de año. ¿Le hubiera gustado que le acompañara su compatriota? «Gustar, gustar... mientras menos buenos haya mejor», contesta antes de soltar una carcajada. Competirá en agosto en las turbias aguas de la bahía criticada por otros deportistas. «Exageran, no es para tanto», tercia de nuevo para convertir la tempestad en aguas tranquilas. ¿El virus zika? Sufrió todos los síntomas durante un evento en Brasil y puede presumir que es inmune. Todo sigue en calma.