«Agonía, injusticia y longevidad en los 50 kilómetros marcha»

Parecía su día y como ha ocurrido en otras ocasiones, pensábamos que iba a ser una victoria segura. Sin embargo, 50 kilómetros son muchos y una serie de problemas estomacales fueron mermando a este atleta. Después de incluso hacerse encima, siguió marcando el ritmo frenético que había marcado. Sin embargo, una vez que fue cazado por el grupo perseguidor, se derrumbó literalmente en la carretera. Creíamos que este era el fin de su carrera e incluso los asistentes acudieron a reanimarle y a sacarle del circuito.

Contra todo pronóstico, Diniz se negó y continuó marchando. ¿A qué venía esa tenacidad después de desfallecerse y cuando todavía quedaba lo peor? Sencillamente a que este gran marchador que ha conseguido todo en mundiales y europeos, nunca había logrado acabar una carrera en unos Juegos Olímpicos. Para un atleta, esto es algo importantísimo y para él, con 38 años, era algo que sencillamente no podía pasar. Siguió y siguió luchando mientras le adelantaban sus rivales. E incluso volvió a parar dos veces más perdiendo hasta la coordinación motriz. Finalmente, consiguió de forma heroica un octavo puesto, diploma olímpico.

Pero antes de que llegara Diniz, el eslovaco campeón del mundo Matej Toth, se hizo con el oro después de adelantar al anterior campeón olímpico, el australiano Jarred Tallent, que fue plata. La lucha por el bronce la ganó el japonés Arai al canadiense Dunfee. Pero inexplicablemente, el primero fue descalificado por un pequeño contacto entre ellos al final de carrera. Me parece lamentable este tipo de descalificaciones por un hecho que en ningún momento afectó negativamente al marchador canadiense.

Desafortunadamente, los atletas españoles Miguel Ángel López y José Ignacio Díaz abandonaron en sus carreras, algo que fue bastante común en esta prueba. Miguel Ángel venía de ser el undécimo en la prueba de 20 kilómetros hace justo una semana. Y finalmente, para quitarse el sombrero con el inigualable Jesús Ángel García Bragado, que consiguiera un fantástico 20º puesto para un marchador que disputaba sus séptimos Juegos Olímpicos con 46 años. Para enmarcar.