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Florentino Pérez en el tradicional discurso de Navidad ante la prensa.
Diez goles maquillan la crisis del Madrid
primera división

Diez goles maquillan la crisis del Madrid

El club trata de retomar puentes con la prensa mientras crecen las críticas internas hacia los jugadores, cuya mala relación con Benítez es vox pópuli

Rodrigo Errasti Mendiguren

Martes, 22 de diciembre 2015, 01:45

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Diez goles en un partido, algo que parece reservado para duelos semiprofesionales o del siglo pasado, deberían ser un motivo para la alegría, pero en la situación actual del Real Madrid sólo van a servir para tapar una herida que sigue abierta. Una goleada a modo de maquillaje para un enfermo con mal color, si bien tiene tiempo por delante para recuperarse y lucir sus mejores galas en los días claves del próximo año, momento de evaluación real del curso. El ambiente en el Real Madrid, justo cuando se cumple un año de que levantase el título Mundial en Marruecos, es casi irrespirable. El cuerpo técnico se siente desamparado, no encuentra manera de convencer a una caseta que siente desapego por su nuevo jefe y que se sabe criticada desde la cúpula del propio club. La relación de la institución con la prensa pasa por uno de sus peores momentos.

Quizá por ello, Florentino Pérez buscó tratar de arreglar la situación en su tradicional discurso de Navidad ante los medios de comunicación poniendo en valor la importancia de su institución y de la prensa. «Somos conscientes de que tenemos que ser respetuosos con nuestros aficionados, rivales y medios de comunicación. Mi compromiso de que nuestras relaciones sean las mejores. Me ofrezco. Vosotros también tenéis la responsabilidad de divulgar todo lo que exista alrededor de nuestro club con los valores propios del periodismo», solicitó antes de recordar que no está en contra de los periodistas. Es más recordó que pertenece «a una generación que luchó para tener un sistema de convivencia como el que hoy disfrutamos en nuestro país. Y quiero decir también que fue una de las etapas más apasionantes de mi vida. Trabajamos para que los medios de comunicación pudieran ejercer su función en libertad respondiendo a la demanda de una sociedad democrática en esa nueva España».

Al igual que su junta directiva y ejecutivos, el presidente insiste que el club blanco es «un símbolo de nuestro país y de los más queridos. Para mucha gente la imagen de España es la del Real Madrid. Esto supone para todos una enorme responsabilidad y nosotros tenemos la obligación de cuidarla, ser ejemplares y transparentes, y de seguir alimentando el mito y la leyenda del Real Madrid». En los pasillos del club creen que hay muchos que no están a la altura de los valores de la sociedad. Y no, no se refieren a las críticas que recibió el equipo por hacer sangre contra un rival con dos jugadores menos. El capitán rayista Roberto Trashorras lamentó la actitud de algunos jugadores en la celebración de los goles, como un Bale que consiguió el primer póker de goles de su carrera. Lo que molesta en la institución es que consideran que hay futbolistas demasiado egoístas, muy preocupados por ellos mismos y otros asuntos ajenos al fútbol, centrados por brillar a nivel personal obviando que pertenecen a un equipo. «Al igual que el publico es libre de animar o pitar, los jugadores también son libres de opinar y mostrar sus sentimientos. Cristiano es siempre fiel y siempre opina lo que siente», zanjó el capitán blanco sobre el gesto del luso, del que se vuelve a rumorear que podría regresar al Manchester United, de pedir silencio cuando se pitaba al juego del equipo.

Preocupa la actitud de Isco

Por ello, pese a que Rafa Benítez está en el punto de mira de todos es defendido a capa y espada por el presidente, convencido ahora que el error no parte desde el banquillo. «Si lo dice el presidente (que Benítez es la solución, no el problema) será por algo, nosotros somos peones, el Rey es él», dijo de modo misterioso Sergio Ramos. Al igual que a otros aficionados, al presidente le preocupa más la poca actitud de los futbolistas, a los que se silbó antes del partido y cuando calentaban, que los aciertos tácticos de Benítez, el más silbado. «Queremos que al menos la actitud, la garra y todo lo que tengas lo dejes en el campo. Nuestro escudo, institución e historia exige que te dejes todo. Si lo haces no te van a reprochar nada, el tema es cuando piensan que no nos dejamos todo», antes de deslizar una crítica a los fans. «Cuando el equipo más necesitaba apoyo ha recibido pitos. En estos momentos nos gustaría sentir un cariño que nos llevara en volandas a levantar el marcador. Cuando vas perdiendo 1-2, con el Rayo es normal que el Santiago Bernabéu se eche encima».

Pero en la zona noble encrespó la actitud de determinados jugadores en el inicio ante el Rayo, a los que se acusa de poca implicación. Uno de los principales señalados es James, al que Benítez medita quitar el rol de indiscutible para apostar por Kovavic. El otro es Isco, que se mostró demasiado contento tras uno de los goles del Rayo, y al que, tras ser cazado por un miembro del cuerpo técnico, se le castigo sin jugar después. No es la primera vez que desde la entidad se afea el comportamiento del malagueño cuando no es titular, momentos en los que ha mostrado su peor versión al entrar al campo. Sucedió lo mismo en Villarreal y al entrar al campo apenas participó en nada reseñable. Sin ir más lejos, se autoexpulsó ante el Barcelona. En Chamartín se cree que sólo brilla ante rivales modestos, como Cádiz o Malmoe. El 2015, calificado como «año horrible», se cierra con dudas en el club, el mismo que hace un año tomaba el cava en la cima del mundo.

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