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Remate fallido de Messi en plancha.
Con Messi todo es posible en el Barça
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Con Messi todo es posible en el Barça

Sus detractores pasionales se quedan con el penalti fallado en Mánchester, pero su nivel extraordinario ante el City es el mejor aval para el equipo de Luis Enrique

p. ríos

Miércoles, 25 de febrero 2015, 16:09

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Leo Messi, protagonista de un partido maravilloso en el Etihad Stadium, donde ofreció un nivel superlativo y confirmó en contra de lo que muchos deseaban que todavía sigue progresando como futbolista, se llevó, sin embargo, los titulares por una jugada desgraciada que aconteció en el minuto 93 de un partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones que el Barça ganó 1-2 al Manchester City. Su pecado: fallar un penalti que desvió Hart y enviar fuera el rechazo al querer ajustar demasiado con la cabeza, en plancha.

Esa posibilidad de lograr el 1-3 sólo existió porque el 10 mantuvo la ambición de intentar resolver la eliminatoria hasta el último segundo, cuando provocó el claro penalti de Zabaleta en una acción que él arrancó y él acabó. Si se hubiera dedicado a mantener el balón pensando en la vuelta en el Camp Nou, cosa que todo el mundo habría entendido, nadie hablaría horas después de «estrepitoso fallo», «los penaltis, su punto débil» o cosas así. Pero Messi no concibe el fútbol de otra forma que no sea atacando y buscando goles hasta que el árbitro pite el final. Y eso es lo que le hace extraordinario, no un penalti fallado.

Los goles los marcó Luis Suárez, autor de su primer doblete en su regreso a Inglaterra, donde viven del morbo de sus mordiscos cuando pertenecía al Liverpool hasta el punto de que en algunos medios quieren convertir un manotazo de Demichelis a la boca del uruguayo en un nuevo caso de incontinencia dental. El fútbol lo puso el mejor Iniesta de la temporada, aunque no lleve asistencias ni goles en Liga y Liga de Campeones. El carácter del nuevo estilo de Luis Enrique fue cosa de Rakitic, enorme en el trabajo, pero también con el balón, mientras que Piqué, Busquets, Mascherano y Alba jugaron también a un gran nivel.

Sólo dos jugadores parecían seguir jugando el Barça-Málaga del pasado sábado, curiosamente los dos que más se despistaron esa semana con motivo de los carnavales y otras circunstancias: Alves y Neymar. El segundo ha perdido chispa de forma alarmante en febrero tras un gran mes de enero. El penalti fallado por Messi sirve de tapadera al brasileño.

Extremar precauciones

La lectura positiva es que el 1-2 obligará al Barça a extremar las precauciones ante un Manchester City que en el Camp Nou recuperará al sancionado Touré Yaya y que en la segunda parte de la ida demostró que si arriesga es más peligroso que si juega a la expectativa, con Agüero muy mejorado tras su última lesión y autor del 1-2. Luis Enrique no podrá hacer rotaciones y la relajación no tendrá cabida.

La lectura negativa es que cuatro días después de ese Barça-City se juega el clásico en el Camp Nou decisivo para la Liga, por lo que el esfuerzo mental y físico del choque europeo puede pasar factura. Curiosamente, dos penaltis fallados por Neymar y Messi, ante Villarreal y City, han dejado abiertas dos eliminatorias que podrían estar casi cerradas: la semifinal de Copa (3-1 en el Camp Nou) y los octavos de Liga de Campeones (1-2 en Manchester).

Ciertamente, Messi está pasando un momento bajo de confianza en el lanzamiento de penaltis. A lo largo de su carrera en el Barça ha fallado 13 de los 59 que ha lanzado, unas cifras que sin ser extraordinarias entrarían dentro de lo normal: el que más tira, más falla. Pero esta temporada ya ha errado tres de seis. Y al que más le molesta es a él, que se fue del césped con la cara roja de indignación contra sí mismo, deseando descargar la ira de alguna forma por haberle puesto broche de oro a una exhibición individual y colectiva de fútbol, porque Messi ayuda más a sus compañeros que nunca arrastrando contrarios, abriendo juego (en el 0-2 a Alba para que sirviera el gol a Suárez), con asistencias (en el 0-1 a Suárez, aunque Kompany colaboró con un mal despeje) y recuperaciones. Fue el cuarto jugador del Barça que más balones robó.

Cuando Mascherano atendió a los medios de comunicación tras el encuentro y le preguntaron por el penalti de Messi se explicó como sólo sabe hacerlo él, de forma pausada y nítida, transmitiendo lo que todos los barcelonistas querían escuchar, sin nombrar ese punto fatídico: «Yo de Messi me quedo con el partidazo que ha hecho, es un orgullo tenerlo como compañeros, un lujo para todos nosotros. Nos ha ayudado en todo, recuperando balones y jugando. Nos ha vuelto a demostrar que nunca habrá otro jugador como él en el mundo». Y no exageró. Costó ubicarle. Extremo, mediapunta, a veces interior en plan Xavi o Iniesta Con ese nivel de juego y de implicación, el Barça puede seguir aspirando a todo.

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