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Zdenek Zeman regresa a los banquillos para dirigir al Lugano, recién ascendido de la Liga suiza.
Zeman revoluciona Lugano
fútbol internacional

Zeman revoluciona Lugano

El veterano entrenador cruza la frontera suiza para implantar a sus 68 años su innegociable estilo ofensivo en un recién ascendido

Igor Barcia

Martes, 28 de julio 2015, 02:41

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Mientras buena parte de Europa está centrada en la pretemporada, Suiza ha madrugado y ya ha cubierto las dos primeras jornadas de la Super Liga, con su formato escocés de diez equipos que juegan a cuatro vueltas, dos antes del parón invernal y dos a partir de finales de febrero. El sistema es tan encorsetado que el menú es casi siempre el mismo, con el Basilea como rival a batir, el Young Boys y el Zurich como alternativas y el Grasshoppers con ganas de reeditar tiempos mejores. El resto, a intentar ser la sorpresa de la temporada o a evitar el descenso.

Pero este verano la liga se ha revolucionado con una incorporación al recién ascendido Lugano. El club del Ticino, viejo clásico que llevaba 13 años alejado de la máxima categoría, ha vuelto haciendo ruido. Y todo gracias a su entrenador. En una competición de técnicos poco conocidos, llega el nuevo y ficha a todo un icono de los banquillos. Nada más y nada menos que a Zdenek Zeman... Así es. El viejo trotamundos de los banquillos italianos, el entrenador que siempre apostó por el espectáculo y por el riesgo, que maravilló con el modesto Foggia, que ha entrenado a los eternos enemigos Lazio y Roma y que a finales de los 90 acusó en repetidas ocasiones de dopaje sistemático en la Juventus, ha sorprendido con su aparición al otro lado de la frontera y en un escenario totalmente opuesto a la presión ambiental y mediática a la que siempre estuvo acostumbrado en el Calcio. A sus 68 años, Zeman se resiste a la jubilación, aunque su destino a orillas del Lago de Lugano bien podría parecerse a un primer paso en esa dirección...

Lo cierto es que sorprende su llegada a un club que después de mucho esfuerzo desde que se refundó, alcanzó por fin su ansiado regreso a la élite helvética. Fue de la mano del técnico Livio Bordoli, al que su éxito no le sirvió para seguir en el banquillo de Cornaredo. Los cambios en la dirección del Lugano se lo llevaron por delante y este verano recaló en el Aarau, recién descendido y con la misión de lograr un segundo ascenso consecutivo.

En este cambio de poder es donde se sitúa la contratación de Zeman. Hasta ahora, el accionariado del Lugano se repartía entre el agente peruano Pablo Betancur y Angelo Renzetti, expresidente del Pescara. Tras el ascenso, este último hizo una oferta de compra y se hizo con el poder en el club. Y ahí es donde aparece el técnico nacido en Praga y con doble nacionalidad checo-italiana, porque Zeman entrenó al Delfino Pescara 1936 en la campaña 2011-12. Así que tras recibir la llamada de Renzetti y, casualmente, de que no culminaran sus negociaciones para entrenar de nuevo al Pescara, Zeman aceptó el salto a la liga suiza con el deseo de olvidar su catastrófico paso por el Cagliari. "Le he visto muy convencido y determinado con nuestro proyecto", afirmó entusiasmado el presidente del club después de que el técnico firmara el contrato por una temporada.

El reto de la permanencia

En el Lugano saben que el reto de esta campaña es lograr la permanencia, y en esa labor se aplica un Zeman que afronta su tercera aventura fuera de Italia desde que empezó a entrenar en 1981. Antes fueron dos clubes de renombre como el Fenerbahçe y el Estrella Roja. Ahora, un modesto equipo suizo que de momento ha perdido sus dos primeros encuentros (2-0 ante el Saint Gallen y 2-3 contra el Thun). Eso sí, fiel al estilo Zeman, siempre buscando la portería contraria y asumiendo riesgos. Así sucedió en su estreno, cuando el Lugano recibió los goles en el 77' y en el 81', y el pasado fin de semana en Cornaredo, donde las estadísticas dicen que remataron más que el Thun (15-10), en especial en la segunda parte (8-2), pero el rival se llevó la victoria gracias a su mayor físico y acierto, según las crónicas.

Porque aquel que contrata a este veterano técnico sabe a lo que se expone. Siempre ha sido igual. Frente al conservadurismo y resultadismo del Calcio estaba Zeman para buscar la victoria a través del juego ofensivo y el riesgo. Cara o cruz, un estilo innegociable que ahora trata de aplicar en un lugar acostumbrado a la calma y a que la vida circule lenta. Por eso el pasado domingo, casi 5.000 personas se dieron cita en las gradas del viejo Cornaredo para disfrutar del espectáculo. El resultado no fue el que esperaban, pero Lugano ha reaparecido en el mapa futbolístico europeo de la mano de una leyenda del fútbol, el eterno Zdenek Zeman.

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