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Olga se despidió entre lágrimas tras perder con Isma.
La inercia del 'Conquistador' eliminando a las mujeres

La inercia del 'Conquistador' eliminando a las mujeres

Olga no pudo con el segundo duelo y, pese a las ganas, se tuvo que marchar. Partía con la desventaja de ser mujer, una condición que inexplicablemente se sigue 'castigando' en el 'reality' de ETB

Yolanda Veiga

Martes, 21 de marzo 2017, 15:19

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No era precisamente el equilibro el talón de Aquiles de Olga, la rusa de 'El Conquistador' que anoche cayó eliminada en el duelo contra Isma, que lo hizo francamente bien. El concursante de los rojos se presentó «eufórico» al duelo y desde casa nos pareció que iba más bien temeroso. Temeroso no tanto de perder sino de tener que marcharse del concurso de ETB-2 con la etiqueta de 'payasito'. Conste que la etiqueta se la ha puesto él solito y que no es incompatible con ser un competidor con opciones. De momento las tiene porque ganó y la victoria de anoche le va a servir para creérselo un poco.

Lo diga o no, él se ha visto siempre a sí mismo en el grupo de cola, que es donde la inercia de este 'reality' coloca siempre a las mujeres. Que Erku y antes que ella otras hayan ganado el concurso parece que no es un hecho, una evidencia de que ellas igual que ellos pueden llegar a ondear la ikurriña, que no parten con una desventaja natural. Que si las pruebas no inclinan la balanza exclusivamente hacia la fuerza bruta, todo el mundo tiene las mismas opciones.

'A priori' parecía que Olga tenía opciones, al menos opciones de llegar a la etapa de la unificación. Se enfadó un poco cuando la nominó el equipo contrario (no se entendió el 'alegato' de Isma y su pena porque se marchara Olga cuando fueron precisamente ellos quienes la pusieron en peligro al mandarla al duelo), pero más se enfadó cuando no la salvaron en el suyo. Y tenía razón.

Una persona que viene de ganar un duelo el día antes (en la tele vemos el programa semanalmente pero allí los duelos se hacen todos los días) sufre un desgaste físico extra, agudizado por las hostiles condiciones de la selva y la falta de alimento. Olga dijo que la elegían para los duelos porque es rusa, mujer, habla mal el castellano... Vilarín aseguró que jamás había pronunciado esas palabras, y le creemos. Pero, en todo caso, Olga tenía parte de razón. No es que la nominen por su origen o la cosa del idioma. La nominan porque es mujer, que es igual de lamentable que si la nominaran porque no pronuncia bien algunas palabras.

Y quizá por eso, por ser mujer, tampoco ha sido ninguna semana la capitana del equipo azul, un grupo que con Manu de soldado raso, que es como mejor está, ha estado siempre sin capitanía. Ellos dicen que en los Samulu no hay líderes y que las cosas se hacen de forma asamblearia pero el caso es que Vilarín no suelta la capitanía. Lo que le coloca en una posición favorable por dos razones. La primera, porque no puede ser nominado; y la segunda, porque al poder salvar a un compañero se gana así su favor para el futuro, o sea para la etapa de la unificación, donde todos están en peligro (le sobró 'azúcar' a su defensa de Denis, que sonó paternalista).

Olga se enzarzó luego de mala manera con Vilarín, pero eso no resta razón al origen de su reivindicación: que se turnen en el papel de capitanes para poder estar a salvo uno cada semana. Ella se habría merecido una jornada de descanso. Solo por el empeño que le ha puesto.

Con Olga fuera del concurso quedan solo seis mujeres. Habría que enfrentar a todos a la vez para saber si ellas seis tienen menos opciones de ganar que los dieciséis chicos que siguen en el concurso, algunos felizmente agazapados y a salvo solo por su condición masculina.

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