«Tengo más de bestia que de bello»

- Le van pisando los talones a Sálvame.

- Soy partidario de que la cultura gane a espacios que no aportan nada. Y estoy muy contento porque la semana pasada batimos récord en España e Italia.

- Interpreta a un médico burgués. ¿Cuánto tiene usted de chico acomodado?

- Cero porque soy de una familia muy humilde. Mi padre siempre ha tenido huerto y he trabajado mucho con él. Todo lo que tenemos es porque nos hemos sacrificado. Y de médico menos, porque casi ni me pongo enfermo ni soy de tomar medicinas.

- Germán es un buenazo. ¿En eso sí se parece a su personaje?

- Sí. Aunque soy escorpio y si alguien me la juega, le hago la cruz y me va a costar perdonarle.

- En la ficción está casado con una malota. ¿En la vida real también le gustan las mujeres así?

- En la vida real, me quedaría con un término medio entre Manuela y Cayetana. Ni la mala leche de Cayetana porque se ha cargado a mi hija, y eso no queremos (risas). Pero tampoco la dulzura de Manuela. Me gustan mucho las chicas, que además de ser muy femeninas, sean divertidas. Con las que me pueda reír e ir a cualquier lado.

- Bertín Osborne le preguntó a Sánchez si de no ser guapo hubiera llegado tan alto. ¿Y usted?

- Hay que ser consciente que estamos en un mundo en el que el físico es muy importante. Y está claro que el papel del típico gordito, bajito y con gafas no me lo darían. Pero es una ventaja y una faena a la vez, porque siempre optas a los mismos personajes y a veces te gustaría interpretar otros. Con Germán estoy muy contento porque tiene matices que no había hecho hasta ahora. En Águila Roja era el jardinero sudado sin camiseta y en Gavilanes el gigoló. Ahora estoy encantado.

- ¿Es cierto que al principio cuando iba a los castings le rechazaban por estar gordito?

- Sí, a ver nunca he estado gordo, pero soy un tipo grande. He hecho mucho deporte durante mi vida, dieciséis años de hockey patines, y tengo unas buenas piernas y un buen trasero. La gente cuando me ve se asusta y dice este está todo el día en el gimnasio, pero hace dos años que no voy. Mi gran pena es vivir siempre a dieta. Lloro comiendo porque me hace muy feliz y cuando ves que la gente come y está como una lima, me da muchísima envidia.

- Chris Hemsworth se quedó en los huesos por un papel. ¿Usted estaría dispuesto?

- Llevo no sé cuantos años a dieta, así que no tendría problema. En un mes he llegado a perder diez kilos por exigencias del guión.

- Dice que su padre es su versión mejorada. ¿Qué es lo que le hace falta para ser un Roger 3.0?

- Uf, muchas cosas. Soy demasiado maniático del orden, no solo en la casa, sino en todos los lados. Hasta del respeto y la educación. Me pongo muy hardcore y soldado a veces. Tendría que relajarme.

El sueño americano

- Es fan de Antonio Banderas, ¿qué tiene el malagueño que enamora hasta a los hombres?

- No me enamora, es mi referente porque ha conseguido mi sueño. Siempre he dicho que la cigüeña me llevaba para EEUU, resbalé y caí en Gerona. No desprecio dónde he nacido, pero siempre he querido trabajar allí, es por lo que lucho y sé que lo conseguiré.

- Le descubrieron como cantante en un karaoke. ¡Qué curioso!

- En la final del karaoke que gané, uno del jurado, que estrenaba un musical, me dijo que me presentase al casting. Aunque nunca había cantado ni había hecho interpretación. Y ahí empezó todo. Al año ya estaba haciendo mi primer musica, un programa de Telecinco...

- Ha participado también en el musical de La Bella y la bestia. ¿Tiene más de bello o de bestia?

- Buf... Últimamente tengo más de bestia que de bello, ja, ja,ja. Por eso te digo que me tendría que relajar un poco, empiezo a detestar casi todo y solo estoy bien cuando estoy encerradito en casa. Estás tan a tope de trabajo que llega un momento en el que te molesta todo. Cuando voy en trenes con gente y veo que no respetan, me sacan de mis casillas y explotó.

- Necesita unas vacaciones...

- ¡Eso sí que lo necesito! Ponlo en el titular bien grande: Necesito unas buenas vacaciones Ja, ja, ja. Porque llevo año y medio sin parar. Empecé con el rodaje de Cómo sobrevivir a una despedida, enganché con Acacias 38... ¡Necesito aunque sea una semanita!