¿A que tú también jugabas con los Playmobil?

Hoy sale a la venta 'Playmobil. 40 años de razones para amarlos' (Lunwerg), un libro que repasa la historia del mítico muñeco, un juguete para niños y adultos y un capricho para los coleccionistas. En estas cuatro décadas se han vendido 3.000 millones de ejemplares. ¡Si se cogieran de la mano podrían dar la vuelta a la tierra más de tres veces! Sería difícil porque las figuritas no tienen dedos... ni codos, ni rodillas, ni nariz, pero sí manos giratorias, una novedad que se incorporó en 1982.

Todo empezó en una fábrica de cerraduras

Andreas Brandstätter, un obrero cualificado en armería y serrería, montó en 1876 en Baviera (Alemania) una empresa de herrajes y cerraduras para joyeros y baúles. En 1908 su hijo Georg reorientó la actividad hacia el plástico y en los años 70 el grupo Brandstäter, con sede en Zirndorf, comenzó a fabricar juguetes. El responsable del departamento de investigación y desarrollo, Hans Beck, diseñó un muñequito articulado, el primer click. En 1976 aparecieron las primeras figuras femeninas y en 1981 los muñecos de niños y niñas, algo más pequeños (5,5 centímetros).

Tres clicks por segundo

Es el ritmo de producción. Actualmente se fabrican 100 millones de figuritas cada año, lo que equivale a 3,2 clicks por segundo. En Onil (Alicante) se hacen un 10% de los juguetes de la firma, sobre todo las series especiales. Las piezas grandes, los vehículos y los edificios se hacen en Alemania; las figuritas, en la fábrica que la empresa tiene en Malta y las piezas pequeñitas, en la nave de la República Checa.

30.000 accesorios

Una espada de caballero, el aro de un acróbata, la escuadra del arquitecto, una sombrilla, el tridente del diablo, la escoba del muñequito de nieve, y hasta la sábana del fantasma, que está bañada en una pintura fosforescente y se ilumina en la oscuridad... El universo Playmobil tiene 30.000 accesorios, cada vez más modernos: entre las últimas incorporaciones figura una grúa de obra con control remoto, una estación de bomberos con alarma y un camión teledirigible con sirena y faro giratorio.

¿Cómo se eligen los modelos?

Ochenta diseñadores estudian desde hace 40 años los miles de dibujos que los niños envían a la sede de Alemania. Los juguetes se someten a pruebas para testar su resistencia: se lanzan desde cierta altura, se estiran con fuerza durante varios minutos, se dejan caer piezas pesadas encima para comprobar que no se rompen, se calientan a altas temperaturas para analizar los daños que puede provocar un verano durante el cual la pieza está al aire libre... y se aseguran de que no suponen peligro alguno para los niños. Un ejemplo gráfico, la aleta flexible de un tiburón, para evitar que haga heridas en el pie en caso de que un chaval lo pise. Además, en los vehículos teledirigidos se realizan pruebas para evitar posibles interferencias con otros aparatos eléctricos en la misma habitación.

El rey no es el león, es el caballo

Si hay un animal ampliamente recreado en el universo Playmobil ese es el caballo. Se incluyó como complemento al muñeco del indio y al del caballero, y los primeros caballos solo se fabricaron en blanco, marrón y negro. Hoy hay más de un centenar de modelos de caballos distintos, desde el appaloosa hasta el pura sangre árabe.

Policías y bomberos, los preferidos

Hay muñecos de casi todas las profesiones, pero las más representadas son las de policía y bombero, que se fabrican desde 1975 y 1976, respectivamente. En 1978 sacaron al personal de limpieza con su camión de la basura (lucen el logotipo del reciclaje) y los contenedores, que ya se hacen de distintos colores para recrear la recogida diferenciada de residuos.