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'La Templanza', de María Dueñas

'La Templanza', de María Dueñas

Un indiano regresa a España buscando a la desesperada evitar la ruina y se ve envuelto en una oscura historia de traiciones y secretos familiares

César Coca

Sábado, 23 de mayo 2015, 02:02

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María Dueñas ha conseguido que su nombre sea garantía de éxito de ventas. Y lo ha logrado con solo tres libros, lo que tiene un mérito especial. Cuando publicó 'El tiempo entre costuras' era una absoluta desconocida y la novela se convirtió en un fenómeno editorial gracias al boca a boca. Luego, la serie televisiva -una producción inusualmente lujosa para una cadena española- no hizo sino empujar aún más la serie y ayudar a las ventas de 'Misión Olvido', con cuya publicación coincidió más o menos.

'La Templanza' cuenta la historia de un indiano que ha hecho fortuna en México gracias a una combinación casi milagrosa de trabajo y golpes de suerte. Todo se viene abajo cuando un día el azar le da la espalda y una inversión en la que había arriesgado todo su capital se derrumba por una circunstancia por completo ajena a él y sus colaboradores. Entonces, emprende una huida hacia adelante y se embarca en una operación de riesgo casi inasumible -se basa en un crédito con un usurero que le impone unas condiciones leoninas- para intentar esquivar la ruina.

Esa operación le lleva primero a La Habana y después a Jerez. Durante la primera parte de la novela, la que transcurre en América, el minero es presentado como un hombre duro pero agobiado, que se ve obligado a vender sus menguadas pertenencias para financiar un viaje incierto que además le obliga a alejarse de su hija, a punto de dar a luz. A partir de la mitad de la novela, este personaje capaz de saltarse las normas aunque con remordimientos tiene un contrapunto importante: una mujer de la alta sociedad jerezana, casada con un rico comerciante de vinos británico, que parece un imán por su atracción de los problemas.

Esta tercera novela de María Dueñas tiene un parentesco más próximo con la primera que con la segunda. Hay un personaje central que está presente de la primera escena a la última, un encadenamiento de aventuras y una tensión sexual entre algunos de los personajes que se mantiene a lo largo de muchas páginas. La diferencia es que la narración revela una mayor madurez, el lenguaje ha sido depurado -la autora se recrea en el ambiente del Caribe, reproduciendo colores, aromas y sensaciones- y los personajes secundarios están más delineados.

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