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Elena Sierra
Viernes, 19 de mayo 2017, 18:03
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Pocas personas habrá, al menos en esta parte del mundo, que no recuerden como importante en su educación vital y sentimental alguna película concreta. Que no hayan dedicado gran parte de su ocio a ver cine. Que no hayan disfrutado de la intriga y el escalofrío, la comedia más surrealista, una tragedia de las de llorar sin parar o un musical del que salir con subidón, una o muchas veces, en una sala de cine. En homenaje a todo eso que el llamado séptimo arte es capaz de hacer sentir y a «una cultura cinematográfica común, a que el cine en sí mismo nos ha unido a todos», ha creado Samuel Gibert su último espectáculo teatral. Lo estrena este domingo en la sala Haceria, en Zorrozaurre, a partir de las 19:00 horas.
Se titula 'Qué grande se me hace el cine' y, como si fuera una parodia de aquel programa de Garci que destripaba películas semanalmente en la televisión pública, presenta a un personaje «apasionado» de todo tipo de filmes, desde los clásicos hasta obras modernas. Luis Jose Grací, que así se llama el único protagonista, se obsesionó por 'Psicosis' cuando era un chaval. «La vio en el único cine del pueblo y quedó marcado. Tanto, que se ha empeñado en hacer un musical con el guion. Ahora que tenemos tendencia a musicalizarlo todo...», explica el autor, director y actor de este «texto alocado, que va demenciándose a medida que trascurre la obra».
Grací (o Gibert) repasa las películas que han significado mucho en su vida, que son de lo más variadas: 'Psicosis', 'Lawrence de Arabia', '2001: una odisea del espacio', 'El séptimo sello', 'Siete novias para siete hermanos' y 'Pulp Fiction' entre ellas; algunos guiños son muy evidentes, otros son «pinceladas para cinéfilos». También, comparte sensaciones que los espectadores identificarán como propias e interpreta a personajes con los que se ha ido encontrando en el mundillo.
Además, le cuenta «cara a cara al público» en qué proyecto está metido. «Y eso es casi tan épico como el cine de romanos o el bíblico. Hacer cine o teatro, poner en pie una obra creativa, es toda una aventura», dice Gibert. «Es una lucha diaria contra el tiempo, la falta de medios y en general la falta de dinero. Es luchar, luchar e improvisar». Así, 'Qué grande se me hace el cine' se convierte de paso en un homenaje a «lo que hay detrás de la cámara, a la pasión que nos mueve».
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