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Michael Cimino dirige a Robert de Niro en ‘El cazador’, ganadora de cinco Oscar.
El hombre que arrodilló a Hollywood

El hombre que arrodilló a Hollywood

Fallece a los 77 años Michael Cimino, director de 'El cazador' y de 'La puerta del cielo', la cinta que hundió United Artists

OSKAR BELATEGUI

Lunes, 4 de julio 2016, 01:20

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Una película le erigió en un dios en el Olimpo de Hollywood y otra le condenó a ser un apestado. Michael Cimino ha pasado a las enciclopedias del cine por dos títulos. En 1979, los cinco Oscar de El cazador le dieron carta blanca para dirigir lo que quisiera. Un año más tarde, La puerta del cielo llevó a la bancarrota a United Artists y finiquitó la última edad de oro del cine americano. Cimino pertenecía una generación de cineastas la de Scorsese, Coppola, Lucas, Rafelson, Ashby o Friedkin que dieron testimonio de tiempos turbulentos a través de un puñado de títulos que se dirigían a un público adulto, cuando todavía los ejecutivos no decidían nuestros gustos y la edad media de los espectadores superaba los trece años. Su mastodóntico y ruinoso western marcó el final de la fiesta.

Thierry Frémaux, director del festival de Cannes, anunciaba el pasado sábado en Twitter la muerte de Cimino a los 77 años. Los medios estadounidenses informan de que su cuerpo fue encontrado sin vida en su casa de Los Ángeles, aunque la causa de la muerte está sin precisar. Cimino dirigió por última vez un largometraje en 1996, Sunchaser. El aspecto que mostraba desde entonces en sus contadas apariciones dio clase a toda clase de rumores, como que afrontaba un cambio de sexo.

220 horas de película

Clint Eastwood le brindó a Cimino su primera oportunidad de dirigir tras haber escrito el guion de Harry, el Fuerte. Un botín de 500.000 dólares era una celebración de la amistad viril a lo Hemingway, algo que también está en su obra maestra, El cazador. Al igual que Apocalypse Now, el filme evita toda discusión moral sobre Vietnam y utiliza el conflicto como una alegoría. Pocos se hubieran atrevido a comenzar una película con una escena que dura una hora:unos esponsales según el rito ortodoxo ruso, que sirven para presentar a tres amigos llamados a filas.

Los protagonistas viven en un lluvioso pueblo metalúrgico de Pensilvania, sede de emigrantes lituanos, donde el tiempo transcurre entre la fábrica y el bar. John Savage regresará inválido; Christopher Walken, el más frágil, buscará la muerte en una absurda repetición de la tortura que sufrió siendo prisionero; Robert de Niro, el más fuerte, irá en busca de los otros dos. Pero a su vuelta rehusará volver a disparar siquiera contra un ciervo, en la escena más conmovedora del cine americano de los 70.

Cimino gastó dos veces el presupuesto inicial e impuso a Universal un montaje de tres horas. Recogió el Oscar al mejor director de manos de John Wayne en su última aparición antes de morir. Poco después, pondría fin al Nuevo Hollywood con otro desmesurado, megalómano y fascinante fresco, La puerta del cielo, para el que llegó a rodar 220 horas de película. Volvió a dirigir Manhattan Sur, El siciliano, pero ya nunca encontró su lugar en Hollywood.

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