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Elorza argumenta que el Concierto vasco ha servido para suavizar los efectos de la crisis.
Antonio Elorza, Premio de Periodismo de EL CORREO

Antonio Elorza, Premio de Periodismo de EL CORREO

Profesor emérito de Ciencia Política y escritor, se alza con el galardón por el artículo 'Cataluñay Euskadi: destinos cruzados'

iñaki esteban

Jueves, 25 de febrero 2016, 07:27

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Nadie hubiera pensado hace una década que las tendencias independentistas evolucionarían con más fuerza en Cataluña que en Euskadi. Sin embargo, en la comunidad autónoma catalana el deseo de independencia roza el 50% de los votantes, según el resultado de las elecciones de septiembre de 2015, mientras que en el País Vasco ha caído hasta el 30% de acuerdo a las últimas encuestas. Dos datos significativos a los que se añade otro más: sólo se declaran independentistas un cuarto de los votantes del PNV.

¿Por qué se ha producido este histórico cambio de papeles entre catalanes y vascos? El historiador y ensayista Antonio Elorza (Madrid, 1944) lo explica en su artículo Cataluña y el País Vasco: destinos cruzados, publicado en El Diario Montañés el pasado 22 de noviembre, y que ha resultado ganador del Premio de Periodismo EL CORREO, dotado con 15.000 euros.

Profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, Elorza recuerda que mientras Jordi Pujol defendía «la construcción nacional de Cataluña dentro del marco español», los jeltzales firmaban el Pacto de Lizarra, en 1998, con la izquierda abertzale. Entonces, la única opción independentista en la comunidad catalana era Esquerra Republicana, que no llegaba al 10% de los votos. Ahora, la situación es diametralmente distinta.

El Concierto como consenso

En su artículo, Elorza argumenta que la vigencia del Concierto económico en el País Vasco ha suavizado los efectos de la crisis. A las ventajas de la autonomía fiscal se añaden las transferencias del Estado derivadas del Cupo, que en 2007 supusieron 7.000 millones de euros. «Dado el muy alto nivel de autogobierno de Euskadi (y Navarra), ser independientes suponía un pésimo negocio (...) Hoy el Concierto es la auténtica Constitución vasca; apoyada por todos, del PP a Bildu, salvo Ciudadanos», escribe.

Cataluña no ha tenido ese escudo contra la crisis y ha sufrido sus efectos de manera similar a otras partes de España. Al igual que la Liga Norte en Italia, los nacionalistas catalanes buscaron un chivo expiatorio y un eslogan para capitalizar el malestar social, que encontraron en el España nos roba. «Como todas las regiones europeas desarrolladas, Cataluña paga más al Estado que las pobres, si bien se beneficia del dominio del mercado, asentado sobre su superioridad económica. Josep Borrell demostró la falacia de los cálculos de la Generalitat. Sin efecto alguno», explica Elorza.

«Cuenta más que, de los 7.000 millones transferidos a Euskadi, mil son de procedencia catalana», añade. Por eso Artur Mas exigió un pacto fiscal a Rajoy, que se encontró con el «rechazo inevitable» del presidente del Gobierno.

A juicio del articulista, existe otro factor relevante en el caso catalán, la actuación de las «élites intelectuales y profesionales», incluidos los historiadores, que han difundido «una imagen peyorativa de España».

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