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Participantes en la manifestación matinal de ayer en Gernika a su paso por la calle Juan Calzada. Maika Salguero
La marea morada inunda la costa

La marea morada inunda la costa

La movilización feminista por la igualdad bate récord de participación en Busturialdea y Lea Artibai

M. artime / m. salguero

Gernika

Viernes, 9 de marzo 2018, 00:10

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«Que la ventana que hemos abierto hoy no se cierra el resto del año. Ni un paso atrás». Este fue el mensaje del colectivo feminista Sorginorratz de Bermeo a las más de 1.500 mujeres que se manifestaron ayer por las calles de la villa marinera. Trabajadoras de conserveras, funcionarias, amas de casa, estudiantes, abuelas... Ninguna de ellas quiso perderse una jornada «histórica» para las mujeres de Busturialdea y Lea Artibai.

La primera huelga general feminista tuvo un amplio respaldo en ambas comarcas y un reflejo masivo en las calles con concentraciones en casi todos los municipios en las que la participación masculina también se dejó notar. Comercios cerrados a cal y canto, servicios mínimos en el transporte público, así como paros en ayuntamientos y ambulatorios de la zona marcaron la macroprotesta contra el machismo, la violencia, la desigualdad laboral y la brecha salarial.

«El modelo económico actual nos lleva a la precariedad, la violencia de género nos oprime y asesina y son necesarios más medios para luchar contra todo ello», reclamaron Arantza y Biotza al término del recorrido en la villa marinera. «Bermeo ha salido a la calle porque tenemos ganas de cambiar el pueblo, la sociedad y el mundo y que la igualdad sea una realidad y no sólo algo escrito en un papel», recalcó la alcaldesa, Idurre Bideguren, mientras se escuchaba de fondo la sirena de la cofradía de pescadores. Su sonido fue, precisamente, la señal que dio paso a un minuto de silencio por todas las mujeres fallecidas.

En Gernika, la jornada reivindicativa arrancó a mediodía con dos multitudinarias manifestaciones, una protagonizada mayoritariamente por jóvenes estudiantes en protesta por la falta de visibilidad de la mujer en la educación y otra que partió desde la Residencia Calzada, para denunciar que los cuidados paliativos no son exclusivos de ellas. Ambas ‘kalejiras’ culminaron en el entorno de la fuente del Mercurio.

En el transcurso de la manifestación, una joven colocó un delantal a la estatua de Don Tello, fundador de Gernika, en señal de protesta para que el Ayuntamiento restablezca el servicio de atención a la mujer, «suspendido desde hace ocho meses», criticaron las organizadoras. Los actos de la sesión matinal culminaron con una sentada frente a la figura de Iparraguirre. «Esto se ha convertido en una gran ola que hará que cambien muchas cosas», reconocieron desde la red de colectivos promotores de la cita.

Mezcla de sentimientos

El llamamiento feminista también tuvo una amplia repercusión social y laboral en buena parte de Lea Artibai, con especial incidencia en Lekeitio, Markina y Ondarroa, así como en los polígonos donde se concentran las grandes empresas. A las doce del mediodía, cientos de mujeres de todas las edades y condiciones colgaron sus delantales y dejaron sus puestos de trabajo para salir a la calle a visibilizar sus demandas en los actos que se multiplicaron por todas las plazas de la comarca.

Banderas, pañuelos, globos y lazos tiñeron de lila calles y edificios. El seguimiento fue masivo. Tiendas y comercios, bares y restaurantes, negocios pequeños y medianos, centros educativos, polideportivos y ayuntamientos bajaron las persianas para hacer cumplir el lema de la jornada; ‘Si nosotras paramos, el mundo se para’.

En prestaciones como los centros médicos, transporte público, residencias y guarderías se mantuvieron los servicios mínimos. En algunos puestos, incluso, los hombres tomaron el relevo aunque no sin ciertas dificultades. «Claro que se nota que no están. El que no lo reconoce es porque no quiere verlo», declaró el dueño de un supermercado antes de cerrar.

Entre las participantes se mezclaban los sentimientos. Y es que, «por una parte, mostramos nuestra rabia y dolor por todas las desigualdades, por las injusticias que sufrimos, por no hablar de las víctimas de la violencia de género, pero por otro lado, estamos contentas porque juntas mostramos nuestra fuerza», recalcaron dos activistas del movimiento feminista de Ondarroa.

En el transcurso de las concentraciones, las asistentes respaldaron las diversas declaraciones institucionales elaboradas por el Consejo de la Igualdad y por organismos como Eudel, que agrupa a los municipios vascos. «Gran parte del trabajo de las mujeres está invisibilizado y no se contabiliza», señalaron. Si se tiene en cuenta las horas dedicadas dentro y fuera del mercado de trabajo, «asumimos el 56 % de las mismas, pero realizamos el 74% del trabajo no remunerado», detallaron.

Por todo ello, resulta imprescindible «impulsar la corresponsabilidad de los hombres y fortalecer los servicios públicos que favorezcan la conciliación entre vida laboral y personal», reclamaron.

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