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Jóvenes visitantes en las inmediaciones del Pasealeku antes de dirigirse a la Casa de Juntas.
«Los turistas que pasan por la Casa de Juntas solo gastan suelo en Gernika»

«Los turistas que pasan por la Casa de Juntas solo gastan suelo en Gernika»

Comercio y hostelería sostienen que la masiva afluencia de visitantes a la sede parlamentaria no se refleja en la economía de la villa

MAIKA SALGUERO

Miércoles, 1 de marzo 2017, 23:34

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La Casa de Juntas de Gernika se ha convertido en el tercer edificio más visitado de Bizkaia 140.510 personas el pasado año, por detrás del Guggenheim y el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La sede donde se encuentra el Árbol de Gernika posee un gran poder de atracción turística pero el comercio de la villa foral sostiene, que los grupos y excursionistas que acuden a la sede parlamentaria, «no dejan dinero en los pequeños negocios, ni siquiera en los que se encuentran más cerca», coinciden.

Los propietarios de los establecimientos hosteleros sostienen que «se les identifica rápido porque entran veinte o treinta personas, consumen solo dos o tres y el resto utilizan el baño». Y eso que «a cien metros tienen un servicio público», admiten. Asun Ares, que despacha su tienda de ropa y complementos en las inmediaciones del Mercurio también conoce bien los movimientos de los excursionistas. «Ni siquiera se fijan en nuestros escaparates ya que vienen con el tiempo justo, van a la Casa de Juntas y luego regresan al autobús», detalla.

Por ello, los pequeños empresarios de la localidad reclaman a los operadores que los turistas dispongan de al menos una hora para poder realizar compras en Gernika. «En una ocasión entraron a mi local unas argentinas que arrasaron la tienda en apenas unos minutos. Querían llevarse regalos para sus hijas pero tenían el tiempo justo. Fue una excepción porque el resto solo gastan suelo», bromeó Ares. Anteriormente, la presencia de visitantes por el casco urbano de la villa foral era aún menor ya que los autobuses les dejaban en el extrarradio. «Ahora como se bajan en la estación central, por lo menos les vemos, pero ni con esas gastan un euro. Que la Casa de Juntas sea el tercer edificio vizcaíno más visitado para nada se hace sentir en los establecimientos», afirma la propietaria de la tienda de ropa Hurbil.

Reflexión

Algunos comerciantes también reconocen que esta situación exige una profunda reflexión. «Hay que pensar por qué los turistas no se quedan aquí. Igual lo que ofrecemos no es lo que demandan, o simplemente no sabemos vendernos», apuntó Jesús, encargado de la pastelería Ares, que reconoció que solo un grupo compra sus pasteles cuando regresan de ver el Árbol de Gernika «porque la guía es amiga mía y tengo enchufe», admitió.

Beñat Bonilla, que regenta una tienda de fotografía justo delante de la estatua de Iparraguirre, asegura que al turista «hay que atraerlo al centro neurálgico si queremos que reporten beneficios. Solo conocen la parte de arriba de Gernika. Visitan la Casa de Juntas, el Museo y la reproducción del Guernica de Picasso, mosaico que suele estar abarrotado. Si la réplica se hubiera instalado en un lugar más céntrico, ello les animaría a consumir, pero ahí arriba no hay dónde gastar», indicó.

Todos ellos coinciden en que el turista que viaja en familia o el que lo hace por su cuenta, es el que más beneficios reporta. «Por lo menos este tipo de cliente, degusta un pincho o toma un café. El que viene en grupo, seguro que se deja el dinero en los alrededores del Museo Guggenheim», apuntaron. Por todo ello, los dueños de los establecimientos gernikarras coincidieron en que «tenemos que volcarnos con el comprador autóctono más que en el turista».

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