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Juan Mari Aburto y Alfonso Gil se saludaron ayer cordialmente en el Azkuna Zentroa.
Aburto y Gil zanjan la 'crisis de los peajes' con un apretón de manos en público

Aburto y Gil zanjan la 'crisis de los peajes' con un apretón de manos en público

Tras dar plantón y evitar al alcalde en tres actos, el líder socialista escenificó el acercamiento durante el concierto que conmemoraba la caída de Bilbao

Jesús J. Hernández

Martes, 20 de junio 2017, 01:58

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La crisis de gobierno municipal desatada el pasado jueves tras el rechazo expreso de Juan Mari Aburto al Plan de Movilidad cocinado por su teniente de alcalde y líder de los socialistas bilbaínos, Alfonso Gil, experimentó a última hora de ayer un sensible giro. Lo hicieron visible con un gesto. Ocurrió en el Atrio de las Culturas del Azkuna Zentroa, en presencia de una multitud congregado para presenciar el concierto Gernika, con el que se cerraban los actos conmemorativos del 80 aniversario de la Guerra Civil en Euskadi y la caída de Bilbao. Por unos momentos, la atención se desvió a los actores del drama cocinado en los despachos, mientras la Banda Municipal de Bilbao, la de Txistularis, tres coros de la villa, un dúo de txalapartaris y otro de bertsolaris ponían sus instrumentos a punto. Alfonso Gil, que había dado plantón y bordeado el desaire evitando al alcalde en tres actos en los últimos días, se dirigió al regidor para saludarle y, a la vista de todos, le estrechó la mano en un clima de aparente cordialidad.

El entorno de Aburto y el de Gil se habían mostrado herméticos hasta que a última hora de la mañana de ayer un portavoz oficial del Consistorio trasladó que el regidor y su teniente de alcalde habían estado hablando. El concejal socialista participó en la reunión habitual que celebran los lunes, «al tanto ya de todos los temas que van al pleno», previsto para dentro de diez días. «No hay ruptura del pacto PNV-PSE», recalcó la misma fuente. Pero la distancia y algunas cicatrices continuaban ahí.

Los socialistas han esperado estos días de forma indisimulada un gesto de Aburto. Están molestos, heridos en su orgullo como socios de gobierno y «preocupados por la descalificación y la falta de respeto» en la que, a su juicio, incurrió el alcalde al rechazar públicamente la posibilidad de cobrar un peaje a los vehículos que accedan a Bilbao en hora punta. Es una de las 51 medidas en las que trabaja Movilidad para mejorar el tráfico y que han votado los bilbaínos a través de la web municipal. El peaje «no va a estar entre las medidas que pondrá el marca el Consistorio», sentenció el regidor jeltzale en una entrevista en ETB. A ojos de la mayoría, «desacreditó» a Gil. Éste optó en un primer momento por templar gaitas. «Ha habido un malentendido. El alcalde no ha cuestionado el peaje», declaró.

Sin embargo, a la mañana siguiente, los cuatro ediles socialistas plantaron a Aburto en un acto en el que homenajeó a los funcionarios represaliados por el franquismo. La presencia del diputado general, Unai Rementeria, de buena parte de la oposición municipal y del exalcalde Ibon Areso resaltó su plante. Fuentes del partido declararon que su ausencia estaba motivada por la crisis de los peajes y que apoyaban el fondo del acto. Gil tampoco se presentó el domingo en la tradicional ofrenda a Don Diego, que arranca con un paseo de la Corporación desde las escalinatas hasta el monumento de la Gran Vía. El teniente de alcalde sí participó horas más tarde, con gesto serio y guardando las distancias con el alcalde, en el homenaje anual a los gudaris en Artxanda.

Ni una palabra de más

Ni la Ejecutiva socialista ni el grupo municipal quisieron ayer por la mañana ahondar en la brecha con una palabra de más. La misma actitud adoptó el alcalde, sumido en un silencio sepulcral durante la inauguración de una exposición de viñetas publicadas hace 80 años en los periódicos de la villa. Humor en tiempos de guerra consta de 16 paneles cargados de sarcasmo que retratan el ambiente de la capital vizcaína en vísperas de la entrada de las tropas franquistas. El alcalde acudió a la presentación de la muestra escoltado por su responsable de Cultura, Nekane Alonso. Dos ediles del PP -Luis Eguiluz, portavoz, y Óscar Fernández Monroy- paliaron su soledad.

En opinión de la portavoz de EH Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, que ayer hizo balance de los dos primeros años de legislatura, «queda en evidencia la nula influencia del PSE. La única aportación de los socialistas han sido sus cuatro votos para la mayoría absoluta. Aburto está desorientado y sin ideas. Es llamativo que su mano derecha haya abandonado el proyecto. ¿La última crisis? Es su forma de entender la política, la vieja política. Aquí se hace lo que digo yo, un estilo que no entendemos. Igual hace diez años hubiera llamado menos la atención, pero hoy por hoy ver esto en un alcalde es incomprensible».

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