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«Sufro por la situación del alumno, pero soy inocente y me siento atropellado»

«Sufro por la situación del alumno, pero soy inocente y me siento atropellado»

José María M., exprofesor de Gaztelueta procesado por un delito continuado de abuso sexual, ha roto su silencio después de cinco años

Koldo Domínguez

Sábado, 28 de enero 2017, 01:50

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Cinco años ha tardado en romper su silencio José María M., el exprofesor de Gaztelueta procesado por un delito continuado de abuso sexual contra uno de sus alumnos durante los cursos 2008 y 2009. Y lo ha hecho a través de una carta que ayer envió al director del centro para que éste se la haga llegar a los demás docentes del colegio y en la que reiteradamente proclama su inocencia. «La verdad es que soy totalmente inocente. Y es especialmente duro tener que sufrir en silencio esta injusticia a la que no encuentro sentido», explica a sus compañeros.

En este escrito, al que ha tenido acceso este periódico, el profesor confiesa al claustro de Gaztelueta su «tensión y angustia», y la «dolorosa y dura situación» que atraviesa desde que en 2011 la familia de uno de sus exalumnos, entonces un niño de 13 años, acudiera al centro para denunciar las presuntas agresiones sexuales que había cometido contra su hijo. «Insisto en que no cometí los hechos de que se me acusa -puntualiza en varias ocasiones- y confío en poder defenderme en el juicio pues, por desgracia, parece que la presunción de inocencia ya no existe», se queja.

El juicio al que se refiere se celebrará en los próximos meses en la Audiencia Provincial de Bizkaia. Allí deberá confrontar su versión de lo ocurrido con la del exalumno, hoy un joven veiteañero que primero tuvo que cambiarse de colegio por las burlas y el bullying de algunos compañeros de clase y, posteriormente, marcharse a vivir fuera de Euskadi junto a su familia al destaparse los presuntos abusos. En estos momentos, según sus padres, aún sufre las consecuencias del shock postraumático que sufrió por las presuntas agresiones. «Evidentemente, sufro también por la situación del alumno», apunta el profesor en su carta.

Así se refiere al joven, como el «alumno» de quien fue su preceptor durante dos años -figura existente en los colegios del Opus Dei y que actúa como tutor académico y espiritual de los estudiantes-. Para él y su familia tiene esas palabras de cercanía, pero también evidencia su resentimiento. «Siempre traté de ayudarle en sus dificultades, al igual que a tantos otros. Pero yo no soy el culpable y no entiendo qué motiva las acusaciones. Me siento arrollado y atropellado por un tren que parece que nunca se vaya a detener», describe.

Incluso confiesa que le «han despojado de la vocación profesional que amaba y que me hacía feliz», y a la que nunca regresará. Pase lo que pase en el juicio, tiene asumido que no volverá a dar clase. «Sé que en este terreno no hay viaje de retorno. ¿Quién te cree cuando la opinión pública te condena de antemano?», se pregunta en la carta. «Las dudas y las mentiras se extenderán hasta que no finalice el juicio», añade en otro de los párrafos.

Hasta 10 años de cárcel

El docente ha decidido volver a contactar con el claustro de Gaztelueta porque necesitaba contarles lo que «tiene en la cabeza» y lo que «verdaderamente» piensa. Rompe su silencio tras comprobar «la lectura que algunos medios han hecho del reciente auto de procesamiento». Hasta ahora había seguido el consejo de su abogado: esperar al juicio para hablar. Pero «el dolor» sentido con las últimas noticias le llevaron a escribir la carta.

El juez dio por concluida la semana pasada la instrucción del caso -sólo faltan un par de actuaciones- y ordenó procesar al exprofesor por un «delito continuado de abuso sexual, concurriendo la circunstancia agravante de haberse prevalido de una relación de superioridad manifiesta». Además, le impuso una fianza de responsabilidad civil de 40.000 euros. Tras año y medio de investigación, el magistrado estimó que existen indicios racionales de criminalidad como para que el docente vaya a juicio. Allí se defenderá de unas acusaciones por las que puede ser condenado a hasta 10 años de prisión.

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