El Tribunal Superior confirma los 19 años para Ezkurdia por matar a su marido Koldo Losada

Ezkurdia fue juzgado por un tribunal popular que dictó un veredicto de culpabilidad. Según los hechos considerados probados, el crimen se produjo el día 19 de noviembre de 2014, entre las 13.50 horas y las 18.27 horas, en la vivienda en la que residía el matrimonio en la calle Lersundi de Bilbao. El acusado golpeó reiteradamente en la cabeza con un objeto contundente y con alguna arista a su pareja, Koldo Losada, con la intención de acabar con su vida. Los golpes causaron a la víctima traumatismos craneoencefálicos que le causaron la muerte por hemorragia cerebral.

Ezkurdia aprovechó que su marido se encontraba adormecido por la ingesta previa de distintos sedantes, por lo que no tuvo oportunidad de defenderse. La abogada de Ezkurdia alegó que sufría una patología dual asociada al alcoholismo y que en el momento de los hechos estaba afectado por la ingesta de bebidas alcohólicas, por lo que no recordaba nada. El jurado rechazó aplicar una atenuante o eximente por este motivo al entender que no había quedado probado en el juicio. También se denegó la circunstancia atenuante de reparación del daño, ya que sus bienes fueron embargados.

Orden de alejamiento

Ezkurdia y Losada contrajeron matrimonio el 8 de marzo de 2013. Los hermanos de la víctima se presentaron en la causa como acusación particular. La sentencia obliga al condenado a pagar una indemnización de 25.000 euros a cada uno de ellos y dicta una orden de alejamiento contra él de 800 metros durante 29 años.

Desde que fue detenido, el mismo día del homicidio, Ezkurdia se encontraba ingresado en prisión provisional en la cárcel de Basauri. Después de cometer el crimen, el asesino quedó con unas amigas a las que contó que le habían detectado una enfermedad terminal. También colgó en Facebook un inquietante mensaje de despedida acompañado de una fotografía de su cara pintada de payaso. La insistencia de las preguntas de las mujeres llevó a Ezkurdia a confesarles que les había hecho «pum, pum» tanto a Koldo como a Gastón, el perro de la pareja. Estas personas lograron quitarle las llaves del domicilio y descubrieron el cadáver del actor.

Ezkurdia había tirado varios cojines manchados con sangre de la víctima a un contenedor situado en la misma calle.